Una página web mexicana anunció esta semana que Dios, a través de las redes sociales, comunicó a sus fieles que dejará de ayudar a quienes madruguen, pues, según afirmó, ‘los mortales se han convertido en unos oportunistas y aprovechados de Su buena voluntad’. Eso es cierto, muchos solo se levantan temprano y se sientan a esperar que el Señor les haga el trabajo.
La verdad es que el Gran Jefe está agotado. En el principio la cosa era manejable pues solamente estaban Adán, Eva y una culebra que no pedían mucho ni eran flojos. Después, su pueblo creció y llegaron los doce apóstoles que le dieron mucha guerra, en especial Santiago, al que todavía ni Él ni el Fiscal han podido someter. Ahora es distinto, la población es de miles de millones que piden de todo, esperan que Él les cumpla y si no es así, si no logran sus metas, se justifican diciendo que esa es ‘Su voluntad’.
Comentan también los ‘manitos’ que el Señor pidió cambiar las repetidas, exageradas y ruidosas exclamaciones que profieren los amantes en el acto sexual, porque lo distraen con llamados que Él siempre busca atender pero que nadie, nunca, le pone bolas. Eso de “¡Dios, Dios…!”, o de “¡Oh my God, Oh my God…!”, solo puede decirse en casos de urgencia manifiesta o necesidad imperiosa.
El Jefe pide, además, que los futbolistas dejen de reunirse en círculo para rogarle que les ayude a ganar el partido o que, al menos, solo lo haga uno de los equipos porque si son ambos Él, a lo sumo, podrá darles igualdad en el marcador y ya saben que de empate en empate ningún equipo clasifica a los play off.
Finalmente, a quienes viven sin saber qué quieren ni para dónde van y todo lo resuelven con un “que sea lo que Dios quiera”, les recuerda que Él les dio libre albedrío para que resuelvan por sí mismos sus mundanos problemas. Su orden final es que, si no quieren trabajar, trabajen, y si no, pues que ¡estudien, no sean vagos!
