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Jairo Puentes Bruges
Martes 13 de abril de 2021 - 12:00 PM

Algunos árboles pueden contaminar el aire

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Aparte de su importancia en la regulación del ciclo del agua y la protección de los suelos, es evidente el esencial aporte de los árboles en el control de la calidad del aire; en el ámbito local y global. A través de la fotosíntesis, las plantas extraen dióxido de carbono de la atmósfera (un gas de invernadero asociado al caos climático global) y liberan oxígeno. En este sentido, la deforestación es uno de los factores que contribuyen al calentamiento terrestre. En las ciudades, la deficiencia de espacios verdes lleva a la formación de las llamadas Islas de Calor; este es un aumento local de la temperatura que se suma al incremento global. Y el aumento de la temperatura favorece la formación de contaminantes del aire. En columnas anteriores he citado estudios que confirmaron -hace 20 años- la formación de Islas de Calor en Bucaramanga.

Sin embargo, se ha planteado que algunas especies de plantas podrían liberar contaminantes del aire. Por ejemplo, una publicación de la Universidad de California Berkeley (23/03/2021) señala: “Las restricciones de California sobre las emisiones de vehículos han sido tan efectivas que en, al menos un área urbana, Los Ángeles (la ciudad), la fuente más preocupante de contaminación peligrosa por aerosoles bien pueden ser los árboles y otras plantas verdes, según un estudio realizado por químicos de la Universidad de California”.

Los autores: “revisaron las emisiones químicas orgánicas de varias plantas que se sabe que crecen o se cultivan en el área de Los Ángeles y encontraron que algunas, como las icónicas palmeras mexicanas de la ciudad, producen muchos compuestos orgánicos volátiles. Los robles también son grandes emisores de productos químicos orgánicos”. Uno de los autores señaló: “No estoy sugiriendo que nos deshagamos de las plantas, pero sugiero que las personas que están pensando en plantar a gran escala escojan los árboles adecuados”. “Deberían seleccionar árboles de bajas emisiones en lugar de árboles de altas emisiones”. Estas y otras investigaciones ratifican la complejidad del control de la calidad del aire, que no se debe limitar al control de emisiones de vehículos, empresas y demás. Implica también controles a la temperatura ambiente que depende -entre otros- de los espacios verdes urbanos. Y estos deben estar ocupados por vegetación adecuada, como señala la publicación citada.

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