La organización Human Rights Watch (HRW) publicó un informe titulado “Colombia: Brutalidad policial contra manifestantes” (Washington, junio 9/2021). HRW señala “Miembros de la Policía Nacional han cometido abusos gravísimos en contra de manifestantes -en su mayoría pacíficos- durante las protestas que empezaron en abril 2021”. Una de las anomalías citadas se refiere al uso de armas “no letales o menos letales”; en este caso a los gases lacrimógenos. Anota HRW: “La policía utilizó gases lacrimógenos en varias oportunidades contra manifestantes pacíficos, según señalaron manifestantes y la Defensoría del Pueblo”. “La policía debe disparar los cartuchos de gases lacrimógenos al cielo, a fin de reducir la velocidad de la trayectoria de los proyectiles”. “Sin embargo, a través de entrevistas y videos, HRW pudo corroborar que policías dispararon los cartuchos directamente hacia los manifestantes”.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos: “Los agentes antidisturbios (a veces denominados “gases lacrimógenos”) son compuestos químicos que temporalmente impiden que las personas funcionen al causar irritación en los ojos, la boca, la garganta, los pulmones y la piel”. “La exposición prolongada o la exposición a una gran dosis del agente, especialmente en un entorno cerrado, puede causar efectos graves como: ceguera, glaucoma (una afección ocular grave que puede provocar ceguera), muerte inmediata debido a quemaduras químicas graves en la garganta y los pulmones e insuficiencia respiratoria que posiblemente provoque la muerte”.
Un estudio publicado por Medical News Today (Efectos del gas lacrimógeno en el cuerpo, julio 31/2020) señala: “58 personas informaron una discapacidad permanente después de la exposición a gases lacrimógenos. Estas discapacidades incluyen: problemas respiratorios, efectos en la salud mental, ceguera, daño cerebral, pérdida del uso de extremidades, amputación de extremidades, condiciones de la piel”.
En Bucaramanga, en barrios duramente afectados por repudiables actos vandálicos, los vecinos han señalado que “el Escuadrón Antidisturbios de la Policía llega al lugar y con gases lacrimógenos logra dispersar a los antisociales” (Vanguardia, junio 11/2021). Por supuesto que estas destrucciones ocasionadas por vándalos, infiltrados en las legítimas protestas, son condenables. Sin embargo, también es cierto que se han registrado excesos, entre ellos, el uso inadecuado de estos gases (considerados inicialmente como arma química) que podrían afectar -no solo a los manifestantes- sino también a vecinos cercanos.
