Es un hecho que la crisis asociada a la decreciente disponibilidad de agua tiende a agravarse en todo el mundo. Las Naciones Unidas (Departamento de Asuntos Económicos y Sociales) señalan: “En la actualidad, 2200 millones de personas carecen de acceso a agua potable gestionada de forma segura y más de 4200 millones de personas carecen de saneamiento gestionado de forma segura. El cambio climático está exacerbando la situación, con el aumento de desastres como inundaciones y sequías. El 80 por ciento de las aguas residuales en el mundo regresan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas, y el 70 por ciento de la extensión de humedales naturales del mundo se ha perdido, incluida una pérdida significativa de especies de agua dulce”.
Se registran pérdidas de caudales en sistemas acuáticos y sequías prolongadas; relacionadas con la deforestación y el cambio climático, entre otros aspectos. Una publicación reciente (Nature, marzo 1/2023) confirma que “La deforestación tropical provoca grandes reducciones en las precipitaciones”. Las sequías prolongadas son un problema mundial. En Francia, por ejemplo, se informa (Franceinfo, 28/02/2023) “Sequía: cinco departamentos ya están afectados por restricciones de agua”.
Además, se registra una contaminación generalizada resultado del vertimiento de aguas residuales urbanas, mineras, industriales y agrícolas. En Colombia millones de personas utilizan agua no apta para consumo humano, según el Instituto Nacional de Salud. Por lo mismo se registra un “incremento de muertes por diarrea de niños en Colombia; se investigan 17 casos este año (Semana 6/2/2023). Los problemas en Santander empezaron hace décadas, como advertíamos los autores del libro “La crisis del agua en Santander” (Inderena, 1993)
En este contexto, la ONU señala: “Ahora más que nunca, el mundo necesita transformar la forma en que gestiona sus recursos hídricos y proporciona servicios de agua y saneamiento a miles de millones de personas. Se necesita una acción urgente para superar esta crisis global, ya que está afectando a todos los países del mundo; social, económica y ambientalmente”. Por lo mismo “se espera que la Conferencia del Agua de la ONU de 2023 (Nueva York, marzo 22/24) adopte la Agenda de Acción del Agua como resultado principal que represente los compromisos voluntarios de los países y las partes interesadas para cumplir los objetivos y metas mundiales relacionados con el agua ”.
