Nuestros deportistas merecen un aplauso cerrado por su presentación en los Juegos Nacionales y todos los torneos a los que asisten, porque logran vencer a sus rivales en las pistas de competición, y también la irresponsabilidad e incompetencia de nuestra dirigencia.
El pasado 30 de octubre entre las 7:53 y las 7:55 pm fueron publicados en la página del Secop, por el Área Metropolitana de Bucaramanga, los estudios previos y el proyecto de pliego de condiciones de la licitación LP-SA-008-2015, cuyo objeto es “Gestión Predial y Construcción del Parque Quebrada de la Iglesia”. El proyecto tiene como alcance la construcción de los tramos III, IV, V y VI. El tramo II está en construcción en la actualidad y el tramo I está pendiente. De la lectura del objeto y de la revisión de los documentos publicados se infiere que será el contratista escogido, el 22 de diciembre quien deba encargarse de comprar los predios necesarios y para ello se fijó un monto de $4.237.496.207.67 que sumados a los costos de construcción, AIU del 23% e IVA, hace que el contrato ascienda a $20.112.299.070 para ejecutar en 12 meses.
Aunque en los estudios previos no se hace precisión sobre el número de predios que se deben adquirir y conocida la experiencia en la adquisición, realizada directamente por el municipio de Bucaramanga en los predios del Tercer Carril, la prudencia indicaría que sería mejor contratar la obra una vez se cuente con los predios para que la demora en las negociaciones no afecte el valor del contrato por efectos de mayor permanencia en obra del contratista y los costos de interventoría. De otra parte, en caso de tener que pagar mayores valores por los predios, se vería afectada la meta física de la obra y sería menester asignar recursos adicionales.
Así las cosas y teniendo en cuenta que los recursos provienen“del presupuesto de rentas y gastos del Área Metropolitana de Bucaramanga de la vigencia 2015”, es factible reestructurar el proceso y adelantar primero la compra de predios y una vez se cuente con ellos adelantar, el próximo año, la convocatoria de la licitación.
Si se persistiera en continuar el proceso es imperativo que se revisen los requisitos habilitantes, pues en el caso de la Capacidad Financiera se establecen requerimientos que impiden la libre concurrencia al exigir cifras de capital de trabajo y de patrimonio superiores a los $10.000 millones, que ningún valor agregan a la oferta y desconocen que en los contratos de obra quien debe tener los recursos es quien compra, es decir el contratante y no el contratista que es quien vende.
Finalmente, insistir en exigir especializaciones, maestrías o doctorados a los directores de obra, es necedad.