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Jorge Eliecer Díaz Wilches
Lunes 11 de diciembre de 2017 - 12:00 PM

Amor que dura toda la vida

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JORGE ELIECER DÍAZ WILCHES

jdiaz@vanguardia.com

Acabo de graduarme como bachiller, tengo 16 años y aspiro convertirme en una gran abogada. Fui adoptada siendo bebé. Mis padres son personas muy buenas quienes han buscado los medios para darme una buena educación. Siento que he sido muy injusta porque a veces los trato mal haciendo pataletas como dice mi mamá por cosas que no deben ser. Ellos me contaron lo que pasó con mi mamá quien andaba muy enferma y era muy pobre. Por eso me entregó a Bienestar Familiar recién nacida y allí fue donde me dieron en adopción. Ha sido imposible saber qué pasó con ella pero todas las noches le pido a Dios porque esté bien. Quiero que sepa que la quiero mucho, que la comprendo y perdono por lo que pasó. No le niego que me gustaría conocerla aunque se lo difícil que es. Usted me podría explicar ¿por qué vivo pensando tanto en ella?Espero que aclare lo que siento y me aconseje.

RESPUESTA

Querida niña: Gracias a la decisión de su mamá usted disfruta una familia donde ha podido establecer ese vínculo de amor paterno filial con unos padres que por circunstancias de la vida le otorgaron el privilegio de convertirle en su propia hija. Ha recibido ese cariño sincero e incondicional con dedicación, ternura y afecto el cual se ve plasmado en la culminación de su bachillerato. Los principios y valores que ha recibido en el hogar le impulsan asumir una vocación profesional de servicio a los demás. Agradézcale a Dios haberle concedido el privilegio de pertenecer a una familia unida y feliz. Pídale su protección y ponga en sus manos a quien le dio la vida. Así debe ser.

REFLEXÓN

Cariño, ternura, respeto y confianza entre padres e hijos es el justo reconocimiento de un amor filial. Va mucho más allá de las circunstancias propias de la vida porque se construye y afianza en la relación familiar donde papá y mamá estructuran el carácter y personalidad de un hijo. Si por circunstancias especiales deben vivir la separación de sus padres ese amor jamás desaparecerá. Es un sentimiento de afecto que seguirá latente, escondido o en secreto al interior de su mente a pesar de las circunstancias o con el paso de los años. Es un amor que dura toda la vida.

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