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Jorge Gómez Duarte
Martes 06 de octubre de 2020 - 12:00 PM

El papel de los críticos

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La crítica es la capacidad que tiene el ser humano para, usando el intelecto, analizar en forma neutral y desinteresada un hecho y posteriormente emitir un juicio razonable que proponga mejoras y soluciones a los problemas existentes, en búsqueda de un beneficio común. (Crítica constructiva). Pero mal utilizada, busca en forma exclusiva encontrar los contras, defectos o errores en forma sesgada y a conveniencia, generalmente dirigida hacia personas específicas y no a hechos concretos, sin que se aporten propuestas fundamentadas de mejoramiento. (Crítica destructiva).

Hay otra forma de crítica, muy común en nuestros tiempos, cual es la crítica burda, aquella que sin usarse el intelecto y por ende sin el análisis y razonamiento, emite juicios de valor guiados por lo que se escucha y siente.

Desafortunadamente la mayoría de los colombianos pertenecen a esta última categoría, dado que muchos no tienen una actitud analítica y otros no les interesa profundizar en el conocimiento para opinar con bases y sin sesgos sobre la realidad del país.

Existe otro grupo importante y son aquellos que por el nivel y calidad de la educación recibida, solo están capacitados para hacer y no para pensar y discernir. Estos son los más preocupantes, porque su pensamiento es comprable.

Indudablemente esta conformación de la población nos lleva a grandes riesgos, no solo por ser mayoría, también por ser fácilmente manipulables y convencibles por los críticos, induciéndolos a tomar posiciones con base en el pensamiento ajeno.

Esta es una estrategia muy utilizada por los políticos en la actualidad, dada la facilidad de llevarla a cabo y los buenos resultados obtenibles. Lo importante es encontrar ignorantes en la materia, de aquellos que creen a ciegas, para persuadirlos con base en falsedades y crítica destructiva, y obtener el apoyo y colaboración para convertirse en replicadores en cadena que difunden tales creencias.

Por ello los éxitos del populismo, basado en el denigrar de las personas, presentarse como salvadores y vender ilusiones, dejan temporalmente a un lado sus verdaderas intenciones, que luego sacarán a relucir cuando estén en el poder.

Quienes somos amantes de la crítica constructiva y queremos que este país progrese, debemos ser más protagonistas en la orientación del porvenir, expresando opiniones objetivas, analíticas, elaboradas con base en el conocimiento, y por supuesto propositivas, que contribuyan al bienestar común.

El subdesarrollo es producto de la indiferencia y el conformismo de quienes esperan pasivamente que el tiempo pase y el destino les construya su futuro.

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