Publicidad

Jorge Gómez Duarte
Martes 27 de julio de 2021 - 12:00 PM

Un triste hasta luego

Compartir
Imprimir
Comentarios

No deja de golpearnos esta maldita pandemia; ahora se nos lleva a uno de los más queridos líderes regionales, Rafael Ardila Duarte, un excelente ser humano, lleno de probidad y generosidad, trabajador incansable, amante de su tierra y querendón como pocos; un visionario y emprendedor, que compartía sus ideas en forma desinteresada y con el mismo entusiasmo, invertía esfuerzos y recursos en sacar adelante los proyectos personales o sociales; una persona sencilla, carismática y cercana con todo mundo, jovial y polifacético.

Fue un hombre de hogar cual más; amante de su familia, ancestros y descendientes; nos conocimos desde niños, cuando no era capaz de quedarse quieto y el cansancio no existía, cualidad que conservó toda la vida; su desbordante energía lo mantuvo en el deporte de las raquetas por largo tiempo, hasta que sus rodillas le pasaron factura; jugador competitivo, buen ganador y perdedor, como también lo fue en sus negocios y proyectos, aunque pocas veces perdía.

Su actitud, los estudios y las experiencias de vida lo fueron formando para ser exitoso y compartir con los demás sus conocimientos; creó un buen número de empresas, tomó otras que estaban perdidas y las sacó adelante, venció el individualismo regional y se unió con unos más para hacer mayores proyectos, lideró iniciativas de desarrollo regional, quiso servir a la ciudad desde la alcaldía de Bucaramanga, pero la politiquería no lo permitió, no cuadraba su buen estilo con los intereses de los líderes políticos reinantes.

Rafita, cariñosamente llamado así por los más cercanos, es un referente para todo lo que debemos ser en la vida: alegres, humanos, dinámicos, sencillos, pensantes, prácticos, emprendedores, honestos, sensibles y con espíritu social.

Nos deja muchos aportes y recuerdos, fue un colaborador permanente de las buenas causas, su compromiso con la Universidad Autónoma de Bucaramanga fue total y fructífero, la cual consideraba su principal obra; estaba convencido que educar a la población era la mejor inversión social. Presidió por largo rato la Cámara de Comercio de Bucaramanga, trayendo progreso y relevancia a la ciudad; fue partícipe de infinidad de obras sociales, cuyos líderes acudían frecuentemente en búsqueda de sus ponderados consejos y bondades; igualmente fue socio de proyectos tan importantes como Promisión, Zona Franca, La Fazenda, entre otros y creó su propio grupo empresarial, desde donde dirigía sus negocios.

Con inmenso pesar despedimos a Rafael; para quienes lo conocimos y compartimos ratos de la vida, nos queda el mejor recuerdo y la fortuna de haber disfrutado de la amistad de un hombre excepcional.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad