Las elecciones en Ecuador dejan el camino allanado para que el correísmo retome el poder, teniendo la mayor votación en la Asamblea y ganando la primera vuelta en la elección presidencial el mes pasado.
La Unión por la Esperanza, movimiento político que lidera el expresidente Rafael Correa, obtuvo más de un tercio de la Asamblea con 49 asientos, convirtiendo al correísmo en la primera fuerza política en el legislativo. La segunda fuerza es el movimiento indígena Pachacuti con 27, luego le siguen la derecha con el Partido Social Cristiano (19), la izquierda democrática (18) y otro grupo de derecha Creo (12). Una posibilidad es que la derecha y la izquierda no-correísta se unan para obtener la presidencia de la Asamblea, lo cual dificultaría tener una agenda programática común.
Con relación a las elecciones presidenciales, el camino no es menos confuso. En la primera vuelta, Andrés Arauz, candidato de Correa, obtuvo 32,72% de los votos, mientras que Guillermo Lasso, gran contradictor de Correa obtuvo 19,74%. En tercer lugar, Yaku Pérez, del movimiento indígena Pachacuti, con 19,39% de los votos. Pérez aglutina a la izquierda no-correísta, muy resentida por las políticas minera y ambiental de Correa. Pérez no ha aceptado la derrota, ha solicitado la apertura total de las urnas y reconteo manual de votos. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral hizo apertura de más de 5.000 urnas que “responden a las actas con novedad identificadas por el sistema informático de escrutinios y resultados y a las reclamaciones interpuestas por las organizaciones políticas” y con este reconteo “se mantiene la tendencia de los resultados”.
Pérez ha manifestado que dejaría en libertad a sus votantes y que les pediría no apoyar a ninguno de los dos candidatos que él considera corruptos. Sin embargo, Daniel Crespo, analista político ecuatoriano, comentó que dos de los principales asesores económicos de Pérez, estuvieron muy cerca a Correa en sus inicios. Como el movimiento indígena es ideológicamente más cercano a la izquierda de Correa, es poco probable que la mayoría vote por el candidato de la derecha, lo que en últimas allana el camino al regreso del Correísmo al poder en Ecuador el próximo 11 de abril.
