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Delinquir desde adentro
La imagen es recurrente. Con cada pesquisa o ‘visita sorpresa’ que se hace a los centros penitenciarios del país se confirma lo que ya se sabe: que en las cárceles colombianas no hay ley ni orden y que los presos, especialmente los más peligrosos y más poderosos, hacen lo que les da la gana sin que nada pase; sin que nada cambie. Litros de whiskey, docenas de cervezas, celulares y portátiles, sin que haya controles efectivos. Fugas de gente como ‘Matamba’ con la colaboración de funcionarios o paseos al estilo Carlos Mattos, de nuevo, sin que nada pase. Unos días de escándalo, una ronda de entrevistas del director del Inpec de turno, un par de anuncios, nuevas redadas y, al final, como ya lo hemos dicho: nada cambia.
La certeza de que se están cometiendo todo tipo de delitos desde las cárceles y operando extorsiones dirigidas desde adentro es absoluta. Cuando no detienen para dejar libres a los maleantes, en cuestión de horas, por orden de los jueces, capturan para llevar a un centro de reclusión y allí la cosa sigue, esta vez subsidiados por el Estado que paga la comida y el sostenimiento de cada PPL (persona privada de la libertad).
La tapa de la desvergüenza ha ocurrido hace apenas unas horas. Alias el ‘negro Ober’, lanzó una amenaza implacable desde su sitio de reclusión con un video grabado con alguno de los tantos celulares que tiene escondidos debajo del colchón: “si a la Fiscalía no le importa coger a la gente inocente mía, como mi esposa, a mí tampoco me va importar matar los policías. Les voy a matar comerciante por comerciante en San Martín, Bogotá, Villavicencio, Soledad y Barranquilla”. Y agregó: “se murió el fiscal Pecci, también se puede morir cualquier fiscal”.
Aunque se tomaron medidas en el centro penitenciario y se realizó un allanamiento en la cárcel -dizque de máxima seguridad- donde se encuentra ‘Ober’, el modus operandi de este bandido ha sido repetitivo y lo han llevado varias veces de ciudad en ciudad, de cárcel en cárcel y sus conductas son reiterativas, lo mismo que las investigaciones que se han abierto a guardias que podrían ser cómplices de este hombre, en cada uno de los centros por los que ha pasado.
Delinquir desde adentro no es una excepción sino una regla y mientras los gobiernos sigan evadiendo el tema y no se tomen medidas de fondo, como la liquidación del Inpec, seguiremos lamentablemente en las mismas.