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José Manuel Acevedo
Domingo 03 de octubre de 2021 - 12:00 PM

Dónde están los niños

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Faltan casi 3 millones de niños por volver a las aulas después de año y medio perdido como consecuencia de la pandemia. Aunque en algunos casos, los salones se trasladaron a las salas de ‘zoom’ o ‘teams’ y se adelantaron clases virtuales, en un país con problemas de conectividad (entre otras porque la plata asignada para este tema se la roban), una gran cantidad de menores se quedaron con los brazos cruzados en los últimos meses, perdiendo destrezas, atrasándose en su desarrollo físico y cognitivo y, de paso, excluyendo a sus madres del mercado laboral porque muchas de ellas tuvieron que quedarse cuidando a sus hijos. Por eso no termina uno de entender cómo habiéndose resuelto en buena parte la vacunación de los maestros y la adecuación de las instalaciones educativas, los niños no han vuelto todavía a las aulas.

Está bien por el casi 60 por ciento de menores que en distintas regiones han podido retornar con distintos esquemas y alternancia pero que el 40 por ciento siga sin ver un pupitre y un tablero en persona y sin compartir con los de su edad es francamente preocupante. Las razones serían todavía más inquietantes.

En algunos municipios a punta de tutelas los sindicatos de maestros lograron retrasar el retorno a clases de manera presencial. Aunque en segunda instancia muchas de esas distorsiones fueron corregidas, se ha perdido tiempo entre tanto recurso judicial. De otra parte, en zonas rurales la cosa es todavía más grave. Los grupos disidentes y las bandas criminales están en “temporada de reclutamiento” y muchos de los niños que no aparecen en las escuelas terminan en las filas de estos grupos ante la impotencia de sus familias que no pueden retenerlos. Otros más son usados en las ciudades capitales como escudos de las mafias o como mensajeros de la droga con la que tienen inundados varios barrios y los de siempre, que son tristemente usados en actividades de mendicidad en distintos semáforos.

Aunque el Ministerio de Educación ha hecho todo lo que ha podido para instar a las secretarías municipales y departamentales a que vuelva el 100 por ciento de los alumnos, algunas están rezagadas todavía y se necesita plena voluntad política para que todos los niños puedan atender sus currículums presencialmente. Solo así evitaremos que esta sea una generación perdida y que quienes quieren acabar con el correcto desarrollo de los menores no se salgan con la suya. La prioridad en octubre, el mes que tradicionalmente se ha considerado “el de los niños”, debería ser que todos retornen a sus salones y recuperen el tiempo perdido.

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