A falta de un presidente santandereano, ¡ahora tenemos tres! Fernando Castillo, Jaime Rodríguez y Aurelio Enrique Rodríguez son las cabezas de la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado y el Consejo Superior de la Judicatura respectivamente. La feliz coincidencia de que los tres sean santandereanos fue reconocida por el primer mandatario Gustavo Petro en un trino en el que saludó sus designaciones. Las hojas de vida de cada magistrado son ciertamente meritorias. Sus estudios en Bucaramanga y otras universidades del país pero también, algunos posgrados en centros académicos de renombre en el exterior, hacen pensar que se trata de personas preparadas para el servicio a la justicia y su trayectoria en el sector público resalta su verdadera vocación con las causas más nobles, aunque a veces ingratas, de nuestra sociedad.
Aunque no los conozco personalmente, cuando pregunté por los tres a personas que han seguido sus carreras, la gente valora sus virtudes y ve reflejados en ellos los principios que definen a los hombres y mujeres de estas tierras. Pero ahora será cuando más tendrán que hacer lucir el ADN santandereano en las posiciones en las que se encuentran. Tendrán que ser tan cautos para que sus sentencias y decisiones administrativas hablen por ellos pero tan frenteros -como buenos santandereanos- para hacer sentir su voz cuando se amerite y fijar líneas rojas cuando se requiera en nombre de la justicia.
Deberán contribuir, con urgencia, a solucionar un problema de credibilidad y confianza en la justicia colombiana. Según la última encuesta de Invamer realizada a finales del año pasado, nuestro sistema judicial tiene una imagen desfavorable del 72 por ciento y apenas una imagen favorable del 21 por ciento y la Corte Suprema de Justicia, en particular, tiene una desfavorabilidad del 58 por ciento.
De otra parte, la narrativa gubernamental y las intenciones de incidir en la libertad de miembros de la primera línea han vuelto a plantear un desafío enorme a la independencia y autonomía de la rama judicial. Los vientos de reformas en el sistema penal, les plantean a nuestros tres presidentes santandereanos la necesidad de analizar con mirada serena y defendiendo los postulados del Estado Social de Derecho en el que vivimos, los textos que se presentarán próximamente al Congreso de la República. Así que felicitaciones magistrados pero, sobre todo, buen tino para hacer quedar bien a este departamento que se merece una buena representación en lo más alto del poder judicial.
