Publicidad

Juan José Mantilla
Jueves 26 de noviembre de 2020 - 12:00 PM

Que vengan los Uruguayos

Compartir
Imprimir
Comentarios

Dicen que minutos antes de salir al campo de juego del Estadio Maracaná, previo a la final del 16 de Julio de 1950, algún directivo uruguayo le dijo a sus jugadores que trataran de perder con dignidad ya que no había opciones de ganarle a Brasil. Había 200 mil aficionados listos a ver ganar al “scratch” brasileño su primera copa del mundo.

El capitán del seleccionado uruguayo Obdulio Varela paró en seco al dirigente y espetó a sus compañeros: “Habremos cumplido nuestra misión solo si ganamos”. Muchos miraron con incredulidad. Uruguay ganó 2 a 1 con goles de Juan Schiaffino y Alcides Gighia en lo que se conoció como el Maracanazo, la más grande proeza deportiva que recuerde el mundo del fútbol cuando en medio de total adversidad, los de la camisa celeste le ganaron la final al gran favorito Brasil, en medio de 200 mil torcedores que lloran hasta el día de hoy algo que ocurrió hace 70 años.

¿Qué es lo que tiene el futbolista uruguayo? Esa garra charrúa. Ese deseo de ir al frente de batalla y dar pelea hasta el final es algo que tienen incorporado en su ADN. Hace nueve años teníamos que transmitir para la cadena Directv Sports el partido por cuartos de final Argentina vs. Uruguay en la provincia de Santa Fe. El astro Lionel Messi estaba en su mejor momento. La selección albiceleste era además de local la gran favorita de todos. En esos días el capitán uruguayo era el defensor Diego Lugano quien llevaba varios años en el Sao Paulo de Brasil.

Cuando Lugano bajó del autobús en la llegada al estadio llevaba en sus manos el libro de Obdulio Varela, capitán uruguayo del Maracanazo de 1950. Fue su inspiración. No iba oyendo Reguetón. Ni Cumbias. Iba leyendo la historia grande de las gestas del fútbol uruguayo. Se estaba amamantando de los que sus antecesores habían logrado con la camiseta celeste.

Uruguay ese día venció al local Argentina y una semana después ganaría la Copa América en la final ante Paraguay 3 a 0. Alguien dijo al llegar Al aeropuerto de Ezeiza al otro día, cuando regresábamos a Colombia. “A mi dame siempre jugadores uruguayos para mi equipo. Para mi club”

Años después, en el 2016 al Bucaramanga llegaron el portero uruguayo Jorge Bava y el goleador Mauro Guevgeozián. Ese equipo estuvo a un penal de jugar la final. Ese plantel tenía ese par de espejos en el grupo de jugadores del leopardo. Líderes positivos. Jugadores que interpretan lo que debe hacer un auténtico profesional; entrenarse bien, ser líder positivo, ir con alma y vida en cada partido en búsqueda de la victoria. Uno fue portero excelso y el otro un goleador de finales, de partidos calientes.

Hoy que la directiva del Bucaramanga busca llenar el cupo de extranjeros para la próxima temporada que se den una vuelta por la República Oriental del Uruguay, a ver si regresan los jugadores que hacen de un buen equipo, un gran equipo de fútbol. Los que dan ejemplo. Los que hacen que los chicos más jóvenes sepan que la inspiración está en la búsqueda permanente de la victoria aun cuando la adversidad sea mayúscula.

Es así.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad