Como lo anticipamos hace unas semanas y lo confirmó una reciente denuncia de nuestros periodistas, la contaminación visual,...
Bajonazo de la pobreza multidimensional
Esta semana el Dane nos dio una buena noticia: el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) llegó al nivel más bajo en los últimos 12 años al pasar de 29,7 % en 2010 a 12,9 % en 2022. Eso significa una fuerte tendencia a la baja, que permitió en el último año sacar a cerca de 1,5 millones de colombianos de la condición de pobreza multidimensional. Es natural que muchos sean escépticos acerca de este avance. De hecho, de acuerdo con la última encuesta de Invamer, el 73 % de los colombianos considera que las cosas están empeorando debido al alto costo de vida, el aumento de la inseguridad, la incertidumbre y un panorama de bajo crecimiento económico. Sin embargo, esta coyuntura no nos puede nublar la vista respecto a los avances alcanzados. Por el contrario, es necesario analizar los datos con atención para proteger lo conseguido y hacer aún más fuerte este bajonazo en los próximos años.
El IPM mide la privación o carencia de 15 elementos básicos en los hogares, que van más allá del ingreso y que se agrupan en cinco dimensiones: 1) vivienda y servicios públicos; 2) educación; 3) salud; 4) trabajo; y 5) finalmente, estos últimos aspectos aplicados a la niñez y la juventud. Si un hogar registra privaciones en por lo menos un tercio de estas variables se considera en situación de pobreza multidimensional. Entre los elementos en los que se evidencia mayor progreso están el aseguramiento en salud; y aquellos en los que persisten mayores carencias se deben a la existencia de empleo informal y desempleo de larga duración (más de 12 meses). Paradójicamente, lo primero es cuestionado por la reforma a la salud y lo segundo, puede agravarse con la reforma laboral.
A diferencia de una clara tendencia a la baja del promedio nacional, Santander muestra un comportamiento de leve mejoría. De hecho, el departamento se ha quedado rezagado frente a los demás. En 2018 ocupó el cuarto puesto con menores niveles en el IPM, mientras que en 2022 pasó al noveno lugar. Si bien hay un aumento en el aseguramiento en salud y una disminución de la inasistencia escolar, no se evidencian mayores cambios en cuanto a la informalidad, la carencia del servicio de acueducto o nivel educativo de personas mayores de 15 años particularmente en la zona rural. Estas cifras deben orientar una mejor alineación entre los niveles gobierno y priorización de esfuerzos, que permitan el progreso de todos los colombianos y santandereanos.