Uno de los principales objetivos de la reforma a las regalías que se debate en el Congreso es aumentar los recursos a los territorios en donde se explota el petróleo y la minería (denominados “productores”) en detrimento del ahorro. Las regalías directas que se destinan a los productores pasarían del 11% al 25%, debido a una disminución del ahorro del 20% al 4,5%. Este cambio apunta a mejorar las condiciones de aprobación de proyectos de explotación minera y petrolera por parte de la comunidad (“licencia social”).
Las regalías son recursos volátiles y finitos. Por lo tanto, los territorios que dependen del petróleo y minerales corren el riesgo de sufrir la “maldición de los recursos no renovables”, que consiste en una desmejora de las condiciones de vida de la población, pese a un aumento significativo de los ingresos. Para evitar esta situación, es necesario generar mecanismos de ahorro y esquemas de buena gobernanza. Se requiere estabilizar la inversión y evitar el derroche.
Con una mirada de largo plazo, en la reforma a las regalías del 2011 se estableció que uno de los objetivos era el ahorro. Por un lado, se creó el Fondo de Ahorro y Estabilización (FAE) que cuenta con $10 billones, los cuales pertenecen a los departamentos. Santander tiene un saldo de $402 mil millones. El manejo del FAE está a cargo del Banco de la República y ha sido reconocido por tener los más altos estándares de gobernanza en el mundo según la organización internacional NRGI. Con la nueva reforma, la asignación al FAE pasaría del 14% al 3%. ¿Se contará con los suficientes recursos para hacerle frente a una caída significativa de la producción de petróleo? ¿Si vuelven las vacas gordas se tendrán los mecanismos adecuados de ahorro?
Por otro lado, con regalías se ahorra a través del Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales (FONPET) y su asignación pasaría del 6% al 1,5%. Si bien 60% de las entidades territoriales alcanzan niveles óptimos de cubrimiento del pasivo pensional, ¿cómo financiar el pasivo restante que suma $46 billones, de los cuales tres billones corresponden al departamento de Santander y la alcaldía de Bucaramanga?
P.D. La próxima columna abordará la temática sobre las regalías y la inversión pública.