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opinion/columnistas/juan pablo-remolina
Jueves 30 de enero de 2020 - 12:00 PM

Manifiesto Davos 2020

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La semana pasada se llevó a cabo el Foro Económico Mundial (FEM) en Davos (Suiza); una especie de conferencia anual de las “Naciones Unidas”, que reune a líderes empresariales, políticos, académicos y sociales del mundo. Este año se tocó un tema que no puede pasar desapercibido en su aniversario número 50.

Klaus Schuwab, el fundador y director del FEM recalcó el “manifiesto Davos 2020”, que resumo de la siguiente manera: Las empresas generan valor agregado a sus clientes y retornos a sus accionistas permitiendo la innovación, muestran tolerancia cero frente a la corrupción, tratan con dignidad a sus empleados, respetan los derechos humanos en su cadena de suministro, pagan un porcentaje equitativo de impuestos, defienden la competencia en igualdad de condiciones, ejercen ciudadanía corporativa y protegen el medio ambiente.

Lo que está detrás del manifiesto es una concepción del modelo económico. Para Schuwab hay dos tipos principales de capitalismo. El “capitalismo de los accionistas” que solo busca maximizar las utilidades. El Premio Nobel de economía Milton Friedman fue un abanderado de esta visión, a través de un artículo que tituló “la responsabilidad social de las empresas es aumentar sus utilidades”. Y el otro tipo de capitalismo es el “capitalismo de las partes interesadas”. Es decir, el foco pasa de los accionistas (shareholders) a las partes interesadas (stakeholders) que incluyen los empleados, clientes, proveedores, comunidades locales y la sociedad en general. Este último es el capitalismo que promueve el FEM.

Las razones del nuevo manifiesto de Davos saltan a la vista. El imperante capitalismo de los accionistas genera incentivos perversos hacia el cortoplacismo sin importar sus efectos negativos. Esto hace que el modelo económico no sea sostenible, perjudicando la gobernanza, el medio ambiente y las condiciones sociales. Hay críticas al FEM por no ser más contundente frente a lo que predica. Sin embargo, creo que su filosofía es la dirección correcta y es un invaluable agitador de debates y nuevas ideas. De esta manera, es un logro que Colombia haya sido seleccionado como el país anfitrión del FEM para Latinoamérica en el 2021. Pues más allá de una reunión, es impulsar una filosofía de capitalismo incluyente. El reto está en pasar del discurso a la acción.

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