Para nadie es ya desconocida la importancia capital que tiene para el medio ambiente y la salud de los habitantes del área...
Por los derechos de las mujeres
El pasado 8 de marzo se conmemoró el Día internacional por los Derechos de las Mujeres, fecha que merece reflexión sobre avances y retos en materia de equidad de género. No sobra recordar que el artículo 13 de la Constitución señala que “todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica”.
Sin embargo, una cosa es el papel y otra la realidad, y aún más, para ciertos grupos sociales como el de las mujeres, quienes representan el 51 % de la población. En Colombia, hay más mujeres en condición de pobreza que hombres (40,3 % vs. 38,2 %). Asimismo, mientras la tasa de ocupación de los hombres es del 70 %, la de las mujeres apenas llega al 45 %. Del total de los jóvenes que ni trabajan ni estudian (nini), el 66 % son mujeres. En materia de violencia intrafamiliar y sexual, las víctimas se concentran en las mujeres con 76 % y 87 %, respectivamente. Finalmente, según el estudio, “Las mujeres en el parlamento en 2022”, si bien se destaca que hubo un salto en la representación femenina en las recientes elecciones, este porcentaje no supera el 30 %.
Bajo esta perspectiva, no sorprende que según el Informe Global de Brecha de Género 2022 del Foro Económico Mundial, Colombia ocupa el puesto 75 a nivel global y requeriría por lo menos 67 años para lograr la paridad total. Desde hace 17 años que se hace esta medición, el país muestra un estancamiento. No obstante, hay un hecho que genera esperanza y se convierte en una gran oportunidad: Colombia evidencia uno de los mejores indicadores en el mundo en cuanto acceso educativo de las mujeres.
Para cerrar las disparidades existentes, destaco la creación de un sistema del cuidado que permita balancear la distribución inequitativa del tiempo dedicado por parte de las mujeres a las tareas domésticas y al cuidado de niños, personas con discapacidad y adultos mayores, tal como lo señala el Consejo Privado de Competitividad. De esta manera, se debe valorar económicamente y fomentar la profesionalización de estos servicios; ampliar la infraestructura de guarderías y centros de atención a la tercera edad; y adelantar campañas pedagógicas que fomenten cambios culturales respecto a los roles tradicionales de género. El mundo y Colombia necesitan que cada persona pueda desarrollar su máximo potencial.