En esta época de fin de año en la que los gobernantes dedican sus esfuerzos a rendir cuentas, vale la pena hacer una reflexión sobre lo que significa este ejercicio. Comúnmente, se entiende por rendir cuentas la realización de un evento o audiencia en la que se presenta el informe de gestión del año. Si bien esta actividad es un momento importante, el concepto tiene una connotación más amplia como bien lo señala el Conpes de rendición de cuentas 3654 y la misma norma.
La Ley 1757 de 2015 define “rendición de cuentas como el proceso mediante el cual, las entidades y los servidores públicos informan, explican y dan a conocer los resultados de su gestión a los ciudadanos y otras entidades públicas, a partir de la promoción del diálogo. La rendición de cuentas es una expresión de control social que comprende acciones de petición de información y explicaciones, así como la evaluación de la gestión”.
En este sentido, rendir cuentas no se trata de un momento específico en el año, sino de un proceso o, mejor aún, de una cultura que incluye tres elementos, según el Manual Único de Rendición de Cuentas: información, diálogo y responsabilidad. Las administraciones deben responder a las solicitudes de los ciudadanos y divulgar información de manera proactiva en las páginas web, redes sociales, etc. Esta información debe ser veraz, completa, clara y oportuna, lo que incluye el informe de gestión. Este informe se debe basar en el plan de desarrollo, mostrar la evolución en el tiempo de los indicadores y enfocarse en los resultados obtenidos, es decir, en la mejora en la calidad de vida de los ciudadanos. Hay que evidenciar lo que se recibió, lo que se ha hecho y lo que falta por hacer.
Pero, la esencia de la rendición de cuentas está en el diálogo. No es un monólogo o un mecanismo de propaganda. Es una relación bidireccional en la que la ciudadanía pide cuentas y tiene la posibilidad de realizar preguntas incómodas, y la administración de explicar sus respuestas. A partir de esta conversación, los ciudadanos esperan responsabilidad, es decir, aprendizajes, consecuencias y decisiones. Sólo a través de un proceso de rendición de cuentas efectivo se logra un mejor desempeño de la gestión pública y mantener la legitimidad y la confianza de los ciudadanos.
