No podemos confiarnos y olvidar que el descuido de nuestras obras de infraestructura, en cualquier momento pueden desencadenar consecuencias catastróficas, pues son elementos fundamentales de la vida urbana que pueden o no estar en riesgo.
Pareciera que la alegría decembrina solo fuera para quienes se ajustan a las expectativas sociales y familiares que siguen imponiéndose como condición de aceptación, respeto y hasta amor.