En la semana que termina, las redes sociales sirvieron de mecanismo para convocar a un grupo de jóvenes a la sede social...
Aguas abajo
Sorpresas te da la vida y de sorpresa en sorpresa logramos esperar un nuevo año esperanzados en que todo irá mejor. Pero como padecemos una cultura del milagro, poco se hace por planear el inmediato futuro, por lo menos. Ahí está Hidroituango: solo finalizando, después de aplazamientos, polémicas, turbinas que sí pero que no, contratos y más contratos, se dieron cuenta que, aguas abajo, se inundarían predios y viviendas ya cubiertos aguas arriba. Y vino el “rifi-rafe”con las comunidades allí asentadas, que al no ser socializadas a tiempo sobre el asunto, ahora buscan sacarle partido a la situación sobre hechos ya cumplidos.
A propósito, aguas arriba o aguas abajo eso poco importa, siempre hemos mantenido unos grandes temas recurrentes haciendo de distractores que aparecen, desaparecen y reaparecen: el galeón san José, el túnel de la Línea, Hidroituango, el canal por el Atrato, los ferrocarriles, el río Magdalena navegable más allá del paisaje, el canal del Dique, la destrucción de la Amazonía, el conflicto limítrofe con Nicaragua, etc. Sin embargo pasan desapercibidos hechos como el giro político que promueve el actual gobierno, al cual lo siguen evaluando con parámetros del modelo anterior, que es como decir el de toda la historia republicana del país; en este largo espacio histórico han prevalecidos no los intereses colectivos, los de las mayorías, sino los individuales, los de grupos minoritarios empoderados, de tal modo que llegamos al Estado del “dejar hacer, dejar pasar”, aguas abajo y aguas arriba, como lo estamos viendo, con lamentable pérdida de protagonismo del Estado, legítimo vocero del todo social. Los llamados gobiernos de izquierda hoy en América Latina, son solo de centro-izquierda, sin radicalismos, ni populismos, claros en sus propósitos y firmes en sus decisiones, también porque deben enfrentarse a derechas fuertes, centenariamente asentadas en nuestros países. El propósito de establecer el nuevo modelo de sociedad excluye la violencia -la paz total-, que algunos entienden como la causa de nuestros males sociales; cuando en realidad ha sido solo un medio para al estado de cosas que tenemos.
Adenda.- Cómo no lamentar la pérdida de Julio Valdivieso Torres; sus cualidades humanas como amigo, profesional e intelectual me autorizan para decir que se fue antes de tiempo, cuando había aún mucho por hacer. A Lucía Inés y para toda su familia, sentido abrazo de condolencia y acompañamiento.
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