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Libardo León Guarín
Lunes 11 de enero de 2021 - 12:00 PM

Anormalidad normalizada

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Regresando del atípico fin de año y con la espada de Damocles encima si confiamos en quienes opinan que pasaremos a endemia y en los pronósticos cumplidos sobre mutaciones del virus, dejamos pasar de largo muchos acontecimientos que habrían sido noticia: los 25 años del genocidio en Bosnia -antigua Yugoeslavia vuelta trizas después de la muerte de Tito- con pueblos de 70.000 habitantes donde hoy viven solo 10.000; o la vergüenza de las 90 masacres en un año en un país esquinero que no está en África o la migración de venezolanos engañados con un país de leche y miel, acogedor y democrático, que no son los mismos africanos en pateras buscando refugio –¿o devolviendo favores?- en la rica Europa.

Hechos para olvidar ante apremiante realidad, porque lo urgente desplaza lo cotidiano, hasta convertir en normalidad lo que comenzó siendo anormal; en esas estamos. La discusión sobre los aumentos por ley en los ingresos, fue un “pasón” de nubes, unas protestas aisladas que acalló la pólvora, no obstante su significado social. La verdad sociológica según la cual los sistemas sociales hacen todo lo posible por reproducirse tal cual, queda clara con los aumentos altamente diferenciados para los congresistas, los trabajadores y los pensionados, reflejando de esta manera las enormes distancias sociales que aquejan a la sociedad colombiana; si con mísero 3,5% están inconformes los obreros, así el presidente Duque cantara victoria por haber decretado un mínimo superior al millón, sumando tramposamente aumento salarial con subsidio que no es salario, qué dirán los pensionados con el 1,49% según inflación, como si en las necesidades económicas de su vejez los precios del arroz, el transporte, el vestuario, los arriendos, los impuestos y los servicios no fueran los mismos para todos; más medicamentos caros.

Debemos reconocer que enfrentamos una amenaza compartida que nadie puede superar solo, por tratarse de un problema global que demanda soluciones globales, para algunos capaz de cambiar muchas cosas normales hasta 2020, como dice Jared Diamond (El Espectador 03-01-2021); pero hay otros problemas globales conexos con la salud que demandan soluciones integrales también urgentes, entre ellas las desigualdades sociales en ingresos y entre países, junto con la amenaza del cambio climático y el agotamiento mundial de los recursos renovales y no renovables. Si estamos hablando de normalizar un camino perdurable pero sostenible.

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