Una andanada jurídica de demandas de distinta índole contra el Gobernador de Santander y el inexplicable silencio del mandatario,...
Culto a la muerte
No solo en el islam deshacerse del enemigo sacrílego, así haya que morir, es abrir las puertas de la felicidad; también en el cristianismo morir en las cruzadas viejas y nuevas es ganar la vida eterna, preso el héroe de una alienación profunda hasta el nirvana. Pero quienes creen que esta es la única vida, claman porque cese la muerte. Al grito franquista de Millán Astray “¡Viva la muerte!” hay que responderles más fuerte ¡Viva la vida!, a pesar de los pesares. Que no parece ser de nuestra cultura; aunque en estos días de difuntos lo mexicanos, sin desconocerla, se burlan de ella por intrusa en sus vidas. Y la silla eléctrica mata al delincuente, no la patología social.
Mamarles gallo a los acuerdos de paz es rendirle culto a la muerte, a lo mejor obedeciendo por paradoja la enseñanza maoísta de la paz que viene del fusil, ensalzada por guerreristas amigos de las salidas no negociadas. El magnicidio de líderes sociales que reclaman derechos o de reinsertados es seguir dándole manivela al ethos violento que hay en nuestra cultura, visible de muchas maneras: que de algo tenemos que morirnos grita una energúmena sin tapabocas, a otros los matan por herejes o por robarles un celular y vaya Ud. a ver las preferencias en películas: me gustan las de “acción”, contestó un niño de 10 años.
Si colectivos de mujeres en Manizales protestan ante fuerza pública, amén de podredumbres internas llamadas manzanas podridas, por cánticos misóginos y sexistas que hacen recitar a los soldados mientras trotan –“Con los huesos de mi suegra, voy a hacer una escalera, para bajar a su tumba, a pisar su calavera”-, pues eso es poco, me dice una mamá aún horrorizada; por donde vivía pasaban trotando y recitando en coro cosas como “guerrilleros mataremos y su sangre beberemos”. Para luego preguntarnos por qué somos tan amigos de cultivar la muerte.
Adenda. - Las pseudoterapias para el Covid, también son forma para despreciar la vida y elogiar la muerte; no importa que mueran si las ventas son exitosas. Prácticas que carecen de rigor científico explotan las angustias y peligros colectivos que vivimos. Un manifiesto internacional de 2.750 científicos de 44 países, llama la atención sobre la charlatanería de oportunidad (El Espectador 25-10-20, pg. 20).