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Luis Ernesto Ruíz
Martes 28 de enero de 2020 - 12:00 PM

El que no conoce su historia

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Está condenado a repetirla, dicen desde hace muchos años. Alguien comenta que fue Napoleón Bonaparte, otro que fue Agustín Nicolás Ruiz de Santayana, filósofo español. Frase lapidaria porque al parecer estamos repitiéndola.

Preocupante la noticia casi diaria de un líder comunal, de un desmovilizado de las Farc, o un pobre campesino residente en esas áreas donde el narcotráfico o la minería Ilegal ha hecho metástasis. Sucedía en los finales del siglo XX cuando asesinaban a los militantes de la Unión Patriótica, o intelectuales de la izquierda, coincidiendo con la sangrienta guerra impuesta por Pablo Escobar contra jueces, magistrados, procuradores, ministros, periodistas y periódicos, y sin piedad con miembros de la Policía Nacional, en una lista interminable hasta Luis Carlos Galán Sarmiento.

Los jóvenes de hoy no pueden recordar cómo sus padres y abuelos vivieron en una época donde factores de violencia propiciados por los grupos delincuenciales, que una vez se llamaron guerrilleros y lo eran cuando los ideales eran su norte, en la época del Cura Camilo Torres, para luego hacer tránsito al Narcotráfico, el asesinato y el secuestro. Prácticamente se hacía peligroso salir de las áreas urbanas.

Hoy vemos cómo en algunos casos han cambiado, lo que en el pasado era malo hoy es bueno, tirarle a mansalva un ladrillo a un policía, a una vitrina para saquearla, a una institución pública como lo vimos con el Icetex, o al sistema público de transporte. Hoy esto no es rechazado, muchos se sienten orgullosos de ese trofeo de guerra; antes se miraba un soldado con respeto, ahora se le quiere quitar el arma.

En las huelgas y marchas que viví de estudiante no se atacaba el comercio, ni instalaciones públicas, sí se confrontaba la fuerza pública devolviendo lo que nos tiraban.

Sí, en La Nacional incautamos tres buses que fueron dejados cada uno en las seccionales, para el transporte de los estudiantes, hasta que desaparecieron. No se usaron para atracar establecimientos de comercio, para saquearlos.

¿Qué está pasando, dónde nos equivocamos para ir de nuevo a un camino que nos llevará a un final incierto?

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