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La carretera al mar, una ilusión
La carretera al mar sigue siendo para nosotros, una ilusión; desde ya cerca de un lustro nos hablaron de las bondades de las 4G, va uno a ver, los resultados inquietan.
Por la antigua vía saliendo por Ríonegro, hasta llegar al terreno llano cuando se llegaba a Aguachica, primera jornada donde uno ya buscaba el desayuno, porque se salía a la madrugada, con la familia que quería disfrutar del mar. Esa ruta solo era de dos carriles y se disfrutaba de unas rectas rompiendo a lado y lado fincas ganaderas con hermosas praderas. Debemos reconocer que las velocidades que se alcanzaba, la hacía peligrosa por el tráfico pesado que siempre ha existido de la costa al centro del país.
Había que llevar fiambre si nos se quería parar; otras veces se encontraba uno grandes restaurantes, en las estaciones de servicio, otros de las empresas de buses donde se paraba a almorzar, lo que se aprovechaba cómo parada técnica para que no creciera el tamaño de la vejiga y para que los chicos estiraran piernas y dejaran de poner gorro.
Después de unas ocho horas se casaba la apuesta al ver quien veía primero el mar, después de pasar la Ye donde una vía sigue para Cienaga otra para Santa Marta, momento donde ya el cansancio pasaba y la ilusión del, mar estaba a flor de labios. Nueve horas más o menos era lo que se gastaba.
Hoy después de muchos años y mucha plata invertida, la mayoría gasta en el viaje 12 horas o más y los carros tienen que sufrir por paleteros, tapones, y por el malestar que se siente por la cantidad de huecos que acaba con la suspensión de los carros. Lo único que se ha mejorado son la disminución de accidentes por los tramos que se tienen de doble carril.
Aquello de que Santa Marta a 6 o 7 horas con el milagro de las 4G no es más que una ilusión. La competencia de las empresas aéreas hace que el valor de tiquetes, si se compran con antelación, sean razonables.
Feliz año a mis pacientes lectores.