En nuestro país, es lo único que no podemos hacer, perder la fe. Cientos de años gastados en fortalecerlo, para hacerlo libre y democrático, muchas guerras hemos vivido entre hermanos, las que pudimos superar, ensayamos procesos en nuestra democracia alternando los dos partidos que en ese entonces existían para que parara la muerte entre unos y otros.
Procedimos en el tiempo en abrir la democracia, dando cabida a nuevos partidos y establecimos, tal vez precipitadamente, la elección de alcaldes y gobernadores sin tener la formación ni la educación necesaria; lo que hizo que las clientelas alrededor de esta elecciones crearon pequeños partidos que algunos han dado en llamar: de garaje; abriendo un gran boquete por donde la corrupción entronizada en los poderes regionales, malgastó muy buena parte de nuestra historia patria, impidiendo inversión en educación, salud, como en infraestructura regional.
Tuvimos la mala suerte de que se enquistara en nuestra terruño, el terrible mal del narcotráfico, el cual nunca le dimos el tratamiento apropiado, el que se convirtió en el oxígeno de los violentos, ese dinero fácil, sumado a las facilidades en el mundo con el comercio de armas, nos impidió resolver las diferencias internas, algunas de las cuales disidieron el camio de las armas, terminando al final mezclados en el narcotráfico, haciendo difícil conciliar la paz como lo lograron otros países en el mundo.
Hoy se plantea rectificar un camino en el manejo de los narcóticos, siendo tal vez la única solución, la puede que puede allanar los camios de paz y reconciliación.
Nos desesperamos, con los continuos tropiezos que da el gobierno, por precipitados y falta de conocimiento en el manejo de los problemas, siguen pensando que estamos en debates de opinión electoral, lo que muestra la agresividad de los funcionarios, pero hay quienes oportunamente lo corrigen.
Ya sabemos que este es el estilo Petro. El país tiene que seguir adelante.
