martes 23 de mayo de 2023 - 12:00 AM

¿Cambiar la historia?

La semana pasada reapareció en una gala en Nueva York el escritor británico Salman Rushdie, luego del atentado que sufrió e1 12 de agosto del año anterior en un acto literario, en esa misma ciudad, que le ocasionó a la postre la pérdida de su ojo derecho y parte de la movilidad en uno de sus brazos, para decirle al público “quiero formar parte del mundo editorial, de la lucha contra la censura y por los derechos humanos”, según The New York Times.

Rushdie, condenado a muerte desde 1989 por el fundamentalismo islámico por su texto Los versos satánicos, al considerarlo peligroso e inmoral por el gobierno de los ayatolás iraníes, expresó su preocupación por la creciente ‘cruzada’ política que, a través de leyes, está restringiendo la enseñanza y prohibiendo libros.

Ron DeSantis es el gobernador del estado de la Florida, en los Estados Unidos, quien ha sido señalado como el posible rival del expresidente Donald Trump en la carrera por la nominación del partido Republicano a las presidenciales de 2024. Su línea dura contra la inmigración es reconocida así como las normas legislativas que ha expedido para restringir ciertas enseñanzas sobre sexualidad e identidad de género en las escuelas públicas. Jenna Barbee es una maestra investigada por mala conducta al haber mostrado a sus estudiantes en clase la película de Disney, Strange World, que tiene un personaje gay.

Un clásico del cine, como Lo que el viento se llevó, fue retirado temporalmente en 2020 del catálogo de HBO por ‘glorificar la esclavitud’. Es más, la telenovela colombiana más exitosa, Betty la fea, no resistiría un capítulo, en este nuevo orden que se viene agitando para crear un mundo perfecto, porque incita a la trampa, la infidelidad y el machismo, entre otros comportamientos sociales característicos de nuestra idiosincrasia.

Ejercer control ideológico sobre la educación ha sido una constante del extremismo más puro. El fenómeno no es nuevo, sin embargo, en tiempos de exacerbación de información falsa multiplicada por redes sociales así como el avance de la inteligencia artificial nos ponen de cara al viejo desafío: el poder ama a los ignorantes.

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