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Luis Fernando Rueda
Lunes 26 de septiembre de 2022 - 12:00 PM

Relaciones de hermandad

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Sin duda la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, cerrada hace siete años, cuando el presidente de ese país, Nicolás Maduro, ordenó el desalojo y expulsión de dos mil nacionales hacia el lado colombiano, además de marcar y derribar las casas antes ocupadas por ellos, es una gran noticia.

Sin embargo, por fuera de los reflectores de los medios de comunicación intentando no perder detalle de la visita del presidente Gustavo Petro a Cúcuta, ayer lunes, no se pueden dejar de lado, como anécdotas, ese portazo que el gobierno bolivariano le propinó a los colombianos, en 2015, y las graves consecuencias que desató esa actitud hostil del régimen venezolano hacia nuestro país.

Como lo explicó el diario El Espectador en su edición dominical, la ausencia estatal en los 2.219 kilómetros de frontera produjo un clima de zozobra que supieron capitalizar los diferentes grupos armados que convirtieron en negocio el tránsito ilegal entre los dos países. Pasar una maleta de un lado a otro costaba, hasta ayer, $30.000 más otros $15.000 como ‘pago de derechos’ a la tenebrosa banda ‘Tren de Aragua’.

Si bien “esta es una de las fronteras más vivas de América Latina”, como lo afirmó el ministro de Comercio colombiano, Germán Umaña, los retos sobre los cuales tendrá que trabajar el Gobierno Petro, cual grupo de equilibristas que monta en una cuerda floja, pasan por desmontar la desconfianza mutua, quitarle el monopolio del comercio a las organizaciones criminales, que actúan a la vista de cualquiera en el borde limítrofe, y recuperar el control de todos los pasos.

La migración seguirá siendo un asunto capital en la “reapertura total, absoluta y libre”, como lo definió el presidente Maduro, mucho más cauto que su par colombiano sobre el restablecimiento de las ‘relaciones de hermandad’, quizás previendo el peso que su régimen carga como violador de Derechos Humanos -según la ONU-, el incierto papel del número dos, Diosdado Cabello, reconocido ‘odiador’ de Colombia, y el silencio sobre la asistencia sanitaria a alias ‘Iván Márquez’ en Caracas. No nos podemos quedar solo con la foto de la folclórica reapertura fronteriza.

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