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Luis Fernando Rueda
Domingo 18 de octubre de 2020 - 12:00 PM

Y los dolientes

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El ejercicio de la política es tan dinámico en este país, que la sombra que cubre a sus dirigentes les sirve de manera precisa para escabullirse de cualquier responsabilidad y, como en la famosa pirueta de circo, el triple salto mortal, caer parados. A las cuentas de un acueducto fantasma por el que corrieron cerca de 30 mil millones de pesos, que se evaporaron en un municipio como Los Santos, que le ruega a San Isidro Labrador para que llueva, no le sale ni una gota y, mucho menos, un solo responsable.

Lo mismo pasa en un municipio turístico como San Gil, cuyo plan de expansión del hospital regional está enredado entre el laberinto de obras contratadas, adiciones, fases, estudios y cuanta arandela aparece para demorar su puesta en marcha, una necesidad sentida por una provincia que observa como la clase dirigente -que no diligente- va esquilmando de a poco los recursos públicos, o sea, de todos.

Esas son las que llaman, los funcionarios técnicos, obras de saneamiento básico con las que políticos en campaña ilusionan a sus seguidores cada cuatro años. Pero la responsabilidad no solo les cabe a ellos, nos cabe también a todos nosotros, a usted amable lector, a mi, al vecino, en fin, a quienes seguimos creyendo en el ejercicio democrático de elegir, con tan mala fortuna que la buena fe es asaltada por una banda de pillos, que se reproducen o se heredan entre sí, y van brincando de aspiración en aspiración, de cargo en cargo, sin demostrar ni siquiera un asomo de rubor en sus mejillas.

Caen de pie, vuelvo y digo. Ni siquiera la sanción social sirve porque nos acostumbramos a que su poder compre conciencias y de paso laven las suyas cohabitando en el mismo lugar, para pasar de ‘agache’ la ambición que, por más que se esfuercen, se les escapa por todas partes. Así seguiremos viendo inaugurar bibliotecas sin libros, puentes atirantados en medio de la nada e intercambiadores viales sin terminar. ¿Y los dolientes? Ahí los tienen, buscando juego en las grandes ligas de las aspiraciones nacionales. Que poco aprendemos.

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