jueves 12 de mayo de 2022 - 12:00 AM

Luis Pinilla Pinilla

”Cada quien es cada quien”

Anota uno de mis lectores refiriéndose a apuntes de mis artículos “La variedad de sucesos que trae la vida” y no solamente así es, cada quien es cada quien, sino también que los años nos van haciendo diferentes. Coincidente con estos pensamientos, transmitieron la noticia del Papa Francisco, con la Santificante misión que cumple, movilizándose en silla de ruedas por limitaciones dolorosas que tiene en las piernas. Por la razón que sea, ello me llevó a rogar a Dios, que teniendo solo 30 meses menos de edad que el Papa, no tenga yo que llegar a desplazarme en silla de ruedas, luego que hace ya MUCHOS años, década de 1950, iba caminando desde el barrio San Francisco, en Bucaramanga, al Colegio San Pedro Claver, un desplazamiento de alrededor de 2 kilómetros, 4 veces al día, y la verdad es que hoy camino bien pero con “infinitamente” menos capacidad que antes.

Y coincidió la noticia sobre el Papa Francisco, con la información que me envió mi amigo, desde la infancia, el Sacerdote Mauro Serrano, del fallecimiento de su mamá, Rosa Inés Díaz de Serrano, a los 107 años y 8 meses de edad. Eso me recordó que ella fue buena amiga con mi mamá, cuando vivíamos en Zapatoca, en 1949; mamá nació el mismo año que Rosa Inés y falleció a los 83 años de edad, esto es, vivió cerca de 25 años menos que su amiga de juventud.

Sí, mi apreciado lector David, “cada quien es cada quien” pero, de acuerdo a la “atención” que cada quien se pueda prestar, el paso de los años también nos va haciendo diferentes; siendo interesante tener en cuenta y ojalá poder analizar la expresión del escritor y periodista de Noticias Caracol, Alberto Medina: “para el alma no hay éxodo”.

Por ello es “valioso” tener presente una expresión de hace varios años de Mi Sonia: “Sobre una esperanza. Así somos los seres humanos, misteriosos, incomprensibles. A veces tenemos el cielo y lo dejamos pasar entre los dedos, por correr en busca de una ilusión. No mires atrás, puedes convertirte en estatua de sal. Mira el presente! Cuando acumulamos presentes, nos enrumbamos hacia el futuro que Dios nos brinda.”

Valgan entonces unos pensamientos enviados desde Cali por Fernando, otro de mis lectores: “De nada nos sirve odiarnos y despreciarnos, Dios no quiere eso. Si no nos curamos, los remordimientos no desaparecerán con el paso del tiempo. Los remordimientos son recuerdos dolorosos de errores que hemos cometido; errores que si llevamos “encima” nos desprecian a nosotros mismos, lo cual nos hace sentirnos indignos de vivir.”

Y estando en la celebración del día de las madres, no puedo menos de hacer la recordación de ellas en esta columna: mi madre que me concibió, mi Sonia que me dio dos hijos y una hija, maravillosos, y mi hija, sintiéndome orgulloso con una nieta maravillosa.

luispinillapinilla@hotmail.com

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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