Publicidad

Manuel de Jesús Rodríguez
Martes 12 de abril de 2022 - 12:00 PM

Al límite de la censura

Compartir
Imprimir
Comentarios

La asignación de citas en la oficina de pasaportes y la ejecución del contrato de telegestión del alumbrado público son dos temas que en los últimos días han dado mucho de que hablar en Santander y en Bucaramanga. Su impacto ha sido tal que lograron que el gobernador y el alcalde, como sucede pocas veces, coincidieran en algo. ¡Increíble!. Hastiados de la forma en que sus contradictores los vienen criticando decidieron denunciarlos. Están en todo su derecho. Eso no se discute. Las dudas surgen cuando las denuncias tienen un propósito distinto.

Ninguno ha escatimado en adjetivos a la hora de abordar los temas y referirse al otro. Todos aseguran tener la razón; mientras tanto la inconformidad persiste. La forma en que se asignan las citas en la oficina de pasaportes sigue generando serios cuestionamientos y las medidas que se toman para enfrentarla no tienen el efecto esperado; la ejecución del contrato de telegestión del alumbrado público, inejecución para algunos, cada día es más difícil y compleja.

El debate en los términos en que lo vienen proponiendo los opositores del gobernador y del alcalde no es sano y la intención de los gobernantes de denunciarlos no es afortunada.

Los críticos han desbordado los límites del control político, es cierto; como también lo es que tanto el gobernador como el alcalde insisten en defender lo indefendible. Para los ciudadanos eso no es suficiente. Mas que justificaciones o explicaciones teóricas exigen soluciones inmediatas y efectivas; soluciones que las denuncias no ofrecen. Y estas, por la forma en que se anunciaron, dan a entender que lo que se busca con ellas es amordazar a los contradictores lo que deja muy mal parados a los mandatarios.

El ejercicio de la oposición implica el derecho de hacer ver lo que no está funcionando bien; potestad que debe ejercerse con objetividad y respeto. Los mandatarios, por su parte, tienen el deber de escuchar las críticas y la obligación de corregir lo que está mal. Así de simple. La intimidación, sin importar de donde provenga, en nada contribuye a la solución del problema.

Los cuestionamientos persisten y el capítulo de las denuncias, para colmo de males, le agrega un ingrediente adicional a la controversia porque la contratación de los connotados abogados de la capital, por lo menos por ahora, no la permite ley de garantías electorales.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad