El Área Metropolitana de Bucaramanga, AMB, como corresponde a parte de sus funciones, acaba de establecer diez puntos en...
El general en su laberinto
A comienzos de diciembre el Alcalde de Bucaramanga anunció que Manuel Antonio Vásquez Prada, general en retiro de la Policía Nacional, asumiría como Secretario del Interior. Lo hizo, entendemos, consciente de la difícil situación por la que atraviesa la ciudad en términos de seguridad, tranquilidad y convivencia. El nombramiento se oficializó el viernes pasado y Vásquez Prada, por las grandes expectativas que genera su designación, enfrentará, quizás, uno de los retos más importantes en su vida profesional.
Para nadie es un secreto que el panorama de la ciudad – y del área metropolitana, hay que decirlo – en esos aspectos no es el mejor. En términos de seguridad no hay un solo día en que no se genere un hecho que la afecte; y en punto de tranquilidad y convivencia, constantemente amenazadas por la falta de tolerancia y cultura ciudadana, ni se diga. Y aunque la administración municipal se esfuerza por mostrar resultados en ese campo, que los ha obtenido, también hay que decirlo, la opinión pública poco o nada le cree.
Los críticos del Alcalde no pierden oportunidad de enrostrarle la poca o ninguna efectividad en las acciones que viene adelantando para recuperar la seguridad y tranquilidad ciudadanas, sin tener en cuenta que uno solo de esos hechos que las afectan es suficiente para opacar los pocos o muchos resultados que alcanzan y, por sobre todo, para generar la sensación de que una es la narrativa que utiliza la administración para comunicar sus ejecutorias y otra, y muy distinta, la realidad de la ciudad. Por eso es muy importante cerrar la brecha entre la realidad y la imagen que quieren proyectar de ella para que esas dos versiones de la ciudad coincidan o, en el mejor de los casos, se aproximen.
El nombramiento de Vásquez Prada es un acierto del Alcalde, no hay duda. Su hoja de vida, su formación, sus ejecutorias y el hecho de que hubiera estado al frente del comando de la Policía en Bucaramanga lo respaldan; pero no hay que perder de vista que las competencias de la Secretaría del Interior van más allá y no se limitan a la seguridad, tranquilidad y convivencia ciudadanas. El reto para él es enorme. A nosotros solo nos queda confiar en que los resultados positivos de su gestión comiencen a darse pronto y esperar que el general no se extravíe en ese laberinto.