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Manuel de Jesús Rodríguez
Martes 17 de enero de 2023 - 12:00 PM

En defensa del patrimonio histórico y cultural de la ciudad

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A comienzos de diciembre del año pasado en Bucaramanga se generó una polémica porque en el marco de la instalación del alumbrado navideño a alguien se le ocurrió la idea de instalar una estructura gigantesca sobre la estatua de José Antonio Galán ubicada en el Parque de Los Niños. Las voces de protesta no se hicieron esperar para cuestionar la forma en que desde la institucionalidad pretendían irrespetar el patrimonio histórico y cultural de la ciudad. A los encargados de aquel asunto se les olvidó que desde 2013 una treintena de monumentos, estatuas y bustos ubicados en el espacio público, dentro de ellos aquel Galán Comunero que pensaron cubrir, fueron elevados a la categoría de bienes de interés cultural de carácter municipal. La torpeza, por fortuna, pudo contenerse a tiempo.

Con la declaratoria esos elementos entraron a formar parte del patrimonio cultural inmueble en suelo urbano de Bucaramanga; y por su valor artístico, histórico o cultural se les cataloga como irremplazables. Esas son las razones por las que la normativa que regula el tema impone la obligación de garantizar su conservación integral.

El episodio de diciembre debería ser una anécdota más del actual gobierno; pero la semana pasada el busto de bronce de Benjamín Herrera, otro de los bienes de interés cultural del municipio de Bucaramanga ubicado en el espacio público, fue arrancado de su pedestal por desconocidos. Una muestra más de irrespeto, esta vez total y de consecuencias irreparables, a su patrimonio histórico y cultural. No hay duda: La delincuencia, la falta de cultura ciudadana y la indiferencia oficial siguen siendo la constante en la ciudad. No somos los únicos, tampoco los primeros, que lo hemos advertido.

Al busto de Benjamín Herrera le pasó lo mismo que a la famosa custodia de la canción de Escalona; la diferencia es que acá, por como están las cosas, no vamos a saber quién se lo robó -en esto espero equivocarme-. El patrimonio histórico y cultural de Bucaramanga debe protegerse. Por eso es importante que este tipo de episodios no se repitan en lo que resta del gobierno que está por terminar. Por la misma razón, quienes aspiran a gobernarla deben incluir en sus programas de gobierno la forma en que van a protegerlo y a rescatarlo de los riesgos y condiciones en que se encuentra. La ciudad se los reclama.

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