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Manuel de Jesús Rodríguez
Martes 10 de enero de 2023 - 12:00 PM

Por qué no denunció

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El 31 de diciembre Gustavo Bolívar anunció que renunciaba al Senado de la República; ese mismo día la Mesa Directiva le aceptó la renuncia, y aunque el asunto se venía comentando en los mentideros políticos la decisión tomó por sorpresa a más de uno. Bolívar señaló que se dedicará a escribir una novela para uno de los canales privados de televisión, un oficio muy lucrativo para él, pero no se descarta que se presente como candidato a la alcaldía de Bogotá en las elecciones de octubre.

Este fin de semana el ex senador dio unas declaraciones que repercutieron con fuerza en el país político. No solo arremetió contra dos de sus compañeros de bancada dejándolos muy mal parados; también dijo cosas muy, pero muy graves. Afirmó, por ejemplo, que en las grabaciones ilegales de la campaña de Gustavo Petro a la presidencia de la república estuvieron involucrados las Fuerzas Militares y el gobierno de Iván Duque Márquez. Calificó al Congreso de la República como un verdadero nido de ratas en el que más del sesenta por ciento de los congresistas o están permeados por la corrupción o son financiados por las mafias. Señaló que muchos llegan a la política a enriquecerse y denunció que en el Congreso, por lo menos en el Senado, hay una verdadera red de explotación sexual que involucra a senadores y funcionarios.

En últimas dijo muchas verdades, de esas que muchos conocen pero que pocos se atreven a revelar. Y si se atrevió a hacerlo es porque tiene en su poder las pruebas que le permiten hablar con el desparpajo y la tranquilidad con que lo hizo; sobre todo porque al renunciar perdió la inviolabilidad que protege a los congresistas por las opiniones y votos que emiten en ejercicio de su cargo, aún después de haber cesado en sus funciones.

La entrevista de Gustavo Bolívar es suficiente para que los organismos de control inicien de oficio las actuaciones encaminadas a investigar los graves señalamientos que hizo. Por lo menos la Fiscalía y la Procuraduría lo anunciaron en lo que tiene que ver con la trata de personas. Pero Gustavo Bolívar, como Senador, hasta el 31 de diciembre pasado, o ahora, como simple ciudadano, debió denunciar formalmente esos hechos. Eso era lo que esperábamos que hiciera, pero no lo hizo; en lugar de hacerlo optó por callar y encubrir a los responsables.

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