Si ha costado mucho reemplazar en la cultura santandereana el arraigado concepto de que no somos capaces de unirnos y últimamente...
“¿Preguntan por Ángela?”
La muerte de Valentina Trespalacios llamó la atención sobre la necesidad de adoptar protocolos efectivos e integrales para prevenir cualquier forma de violencia contra la mujer. Iniciativas similares permitieron que en España, por ejemplo, se actuara inmediatamente en el caso que hoy tiene a Dani Alves en prisión.
En abril de 2021 la vicepresidencia de la república presentó el protocolo “Pregunta por Ángela”, una iniciativa que nació en 2016 en el Reino Unido para prevenir y atender la violencia contra las mujeres en bares, discotecas y restaurantes. El objetivo es que cualquier mujer que se sienta incómoda, acosada o en peligro acuda al personal del establecimiento y pregunte por Ángela; ese código activa las alarmas para apoyarla inmediatamente. El compromiso es de los dueños y administradores de esos sitios de encuentro quienes con el apoyo de la institucionalidad deben capacitar al personal para aplicar el protocolo con todo rigor y responsabilidad; creemos que su campo de acción no debe ser tan limitado.
El de Valentina Trespalacios es el vivo ejemplo: Momentos antes de ingresar al vehículo que la iba a transportar junto con su agresor envío un claro mensaje de auxilio al área de soporte de la plataforma InDrive haciendo ver que estaba en peligro; también le mostró la alerta al conductor, quien no supo, no quiso o no pudo interpretarla. Con seguridad no estaba capacitado para hacerlo. El caso de Alves, por el contrario, es aleccionador. El portero de la discoteca donde la mujer fue agredida intuyó que algo había pasado y sin dudar un solo instante activó el primer filtro del protocolo “No callamos” que el ayuntamiento de Barcelona estableció desde 2018 para indicar como debe actuar el personal de locales nocturnos, bares, discotecas y lugares de encuentro frente a un caso de agresión sexual.
En Bucaramanga a comienzos de noviembre de 2021 se anunció la implementación de aquella estrategia como una prueba piloto. Inicialmente se vincularon cuatro establecimientos que poco a poco han aumentado en número; pero más allá de los anuncios urge revisar la iniciativa y su ruta de atención, vincular a la mayor cantidad de establecimientos posibles y diversificarla para ampliar su campo de aplicación. En eso deberían estar trabajando las secretarías del Interior y de Desarrollo Social. Eso esperamos. Por lo pronto, si está en un bar y escucha que una dama pregunta por Ángela ya sabe de qué se trata.