domingo 26 de marzo de 2023 - 12:00 AM

El medicamento que no descorcho

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Columna de
Marc Eichmann

La escasez de medicamentos que vive Colombia no es consecuencia de fallas en el mercado. Los medicamentos están disponibles a precios asequibles para importación, tal como los laboratorios que lo producen lo han manifestado a la ministra Corcho y al ex director del Invima.

La escasez de medicamentos no tiene otro responsable que la controvertida ministra de salud, Carolina Corcho, que si antes no lo merecía, hoy lleva con mérito el apodo que muchos le ponen. La ministra, con la disculpa de desarrollar la industria farmacéutica en Colombia, que en ninguna circunstancia podría producir los medicamentos en los próximos dos años, está condenando a los enfermos de colesterol alto, alta tensión, VIH y enfermedades mentales al paseo de la muerte, a buscar de droguería en droguería existencias de las drogas desabastecidas.

Muchos de los medicamentos que escasean son para la niñez y la tercera edad. Estos usuarios de los medicamentos están siendo condenados a interrumpir sus tratamientos, a que su salud se deteriore, solo por un capricho de la ministra. Ni el presidente ni el partido de gobierno se indignan ante esta realidad. El “de malas” de la vicepresidenta con su helicóptero toma dimensiones insospechadas cuando el Pacto Histórico lo aplica a los enfermos.

No se trata aquí, ni siquiera, de problemas presupuestales del gobierno. Los particulares, ante la falta de medicamentos, hasta estarían dispuestos a pagarlos de su bolsillo. Se trata de la intención de la ministra de Salud de crear una crisis para culpar a las EPS de las decisiones erradas que ella está tomando, sin importarle los enfermos que verán cómo se deteriora su salud, para impulsar su reforma. Es, en mi concepto un crimen contra la humanidad.

Algunos analistas consideran que la decisión del ministerio de no permitir la importación de los principios activos de los medicamentos, en conjunto con la cláusula del plan de desarrollo que le da facultades para modificar el Invima, en el sentido que toda esta trama está diseñada para importar los medicamentos, de pésima calidad, de Cuba.

Las pugnas y objetivos políticos de la Corcho no pueden pasar por encima de la salud de los colombianos. Esta decisión del Ministerio de Salud no solo debe causar indignación en cada uno de los colombianos, sino que debe generar mociones de censura a la apodada 'doctora muerte'.

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