Como lo anticipamos hace unas semanas y lo confirmó una reciente denuncia de nuestros periodistas, la contaminación visual,...
Las pensiones de Petro
En una charla coordinada por la asociación de exalumnos la Universidad de los Andes participaron el presidente de Asofondos, Santiago Montenegro, el ex ministro de hacienda José Antonio Ocampo y el vicerrector de la universidad y ex presidente de Colpensiones, Mauricio Olivera.
Estuvieron más de acuerdo que en desacuerdo sobre la mayoría de los temas, reconociendo el coraje del gobierno de presentar una reforma que ninguno de los antecesores del presidente Petro había emprendido a pesar de la necesidad de hacerlo desde la ecuanimidad, la progresividad y la sostenibilidad del sistema.
La reforma trae elementos importantes como que los subsidios que da el gobierno a los pensionados vayan más a los más necesitados y menos a aquellos de pensión alta. También es acertada en reconocer que muchos trabajadores en Colombia no tienen la oportunidad de trabajar con contratos que les cubran meses enteros, como por ejemplo las empleadas de servicio y los trabajadores del campo, permitiendo que puedan cotizar en unidades de tiempo más cortas.
Donde surgieron diferencias fue en como manejar el ahorro de las personas que ganan menos de tres salarios mínimos, en especial porque hoy en día la mayoría de estos fondos son manejados por los fondos privados de pensiones, que a pesar de que invierten los dineros no son los titulares de los mismos. Este detalle que pareciera ser menor en realidad no lo es, porque siendo de los trabajadores el saldo, el Estado no puede disponer de ellos fácilmente para eventualmente gastárselos en gastos de funcionamiento o haciendo política.
La propuesta de Montenegro en ese aspecto difiere de la de Ocampo por una cuestión de interpretación básica. Ocampo cree que durante los próximos ochenta años los gobernantes de turno no tendrán la tentación de apropiarse de esos fondos y que los ahorradores pueden estar tranquilos entregándole el dinero a Colpensiones. Por su lado Montenegro, basado en lo que sucedió en Argentina y Venezuela donde los gobiernos peronistas y chavistas volvieron el ahorro de los trabajadores plata de bolsillo, considera como dice el adagio popular que “seguro mato a confianza” y que por lo tanto, independientemente de la reforma, el ahorro debe quedar en cabeza de los trabajadores. Raro si es, que el presidente Petro tenga como único inamovible de la reforma que el dinero del ahorro pensional no quede blindado de los gobiernos de turno. Esperemos que detrás de su postura no haya segundas intenciones.