Oigan pelotas, no es de izquierda

Muchos dejarán de leerme por aventurarme a una afirmación tan irracional y falta de sustento. Aun así tomo el riesgo, envalentonado por la enorme cantidad de evidencia que cruza por mi cabeza, llevándome a esta manifestación suicida.

El gobierno actual en realidad no se preocupa por los menos favorecidos, sino por mantenerse en el poder con gobernabilidad. Lo primero está plasmado en que las múltiples reformas y decretos que ha emitido no benefician a los más desprotegidos, sino que los castigan, mientras que, gracias a una retórica setentera, les da un sabor azucarado para que los desprevenidos crean en su bondad.

El incremento del salario mínimo, por encima de la inflación y la productividad, es un ejemplo. El candidato a la Alcaldía de Bogotá, Juan Daniel Oviedo, bien lo describe: el nuevo salario mínimo beneficia a 6,2 millones de personas en Colombia que ganan entre 1 y 2 salarios mínimos, mientras afecta negativamente a 10,2 millones de informales, que viven en condiciones mucho más vulnerables. Se benefician los constructores de vivienda de interés social, la Ministra de Trabajo y los sindicatos que la pusieron en su puesto a cambio del apoyo a los progresistas en la campaña presidencial.

Lo mismo se puede decir de la reforma a la salud. Poco le interesa al gobierno la gente que sufrirá las consecuencias de la eliminación de las EPS en las ciudades cuando se devuelva el control de la salud al Estado y a su corrupción. Miles de personas estarán afectadas por este cambio.

Tampoco le interesa la seguridad del común de la gente cuando pretende regalar recursos de los colombianos a jóvenes sin exigir un retorno social a cambio de su dinero. ¿Cuáles son los beneficios para los colombianos resultantes de los 1,2 billones de pesos anuales que pretende dar a los jóvenes para el país? ¿Construirá infraestructura, cultivará campos, creará industria o sólo buscará partidarios para las elecciones?

Lo que sí tiene claro el gobierno es que se quiere anclar. En la reforma política, ya les está dando beneficios a los congresistas para que se perpetúen en el poder sin tener que ganar elecciones, con el fin de lograr el apoyo de la clase política. Con los regalos a los jóvenes garantiza el apoyo en las calles. En persona ajena o propia el petrismo no quiere soltar el poder.