domingo 12 de febrero de 2023 - 12:00 AM

Pidiendo nadie se ha quebrado

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Columna de
Marc Eichmann

Y como este es el gobierno autodenominado popular, a pesar de que anda en Ferragamo, viaja internacionalmente más que nadie y está dispuesto a gastarse más de 200 veces más que el hurto que le hicieron al Estado bajo la administración Abudinem en subterranizar un metro, porque “es más chévere”, le aplica este dicho mejor que nadie.

La reforma tributaria que arrancó en COP $50 billones terminó en COP $14 billones, mucho de ese dinero puesto por Ecopetrol, una entidad en su mayoría estatal. Pero claro, como para no evidenciar que la prioridad del gobierno era pasar una reforma para no hacer evidente su falta de capacidad de ejecución, se pasó así. Menos mal el recaudo de impuestos ha crecido por las acciones emprendidas en el gobierno anterior.

Segundo, la reforma a la salud. Vamos a acabar con las EPS, vitoreaba el gobierno en las reuniones con su grupillo de amigos cson el que socializó los borradores. La improvisación se hizo aparente esta semana cuando el propio Presidente reculó. Pidió el sueño progresista y se dio cuento que ese sueño estaba lleno de pesadillas. El ministro de Educación Gaviria, conocedor del sistema como pocos, pudo ser quien trajo al orden a quienes mucho piden y se conforman con los restos.

Tercero, la prohibición de exploración de petróleo y gas. La imagen envalentonada de la ministra del gabinete en la cumbre ambiental y en las Naciones Unidas vociferando convencida que Colombia pararía la exploración ha sido constantemente puesta en duda por el presidente de la junta de Ecopetrol, los gremios, el Ministro de Hacienda, el director de Crédito Público y todo aquel que entienda como golpearía el bienestar de los colombianos. Este capítulo aún no se esclarece.

Cuarto, pero no último, el Plan Nacional de Desarrollo que pide facultades extraordinarias para el Presidente en más de 12 de sus apartes, cuando muy bien podría utilizar el conducto regular del Congreso.

Esta manía de pedir el cielo para lograr el infierno parece más una estrategia. Cuando el gobierno impulsa malas decisiones, no se debe ceder con poco porque pide mucho. Pidiendo nadie se ha quebrado, pero muchos han perdido su popularidad y su credibilidad.

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