El presidente Gustavo Petro, quizás forzado en parte por los últimos resultados de la economía que ha mostrado índices preocupantes,...
En plena etapa preelectoral, donde la lucha contra la corrupción es la proclama generalizada de las campañas políticas, es importante conocer el actual panorama nacional.
Sobre este particular, en junio del presente año, fue publicado el “Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción”, elaborado por Americas Society/Council of the Americas y Control Risks; estudio analítico que busca estimar la capacidad de los países latinoamericanos para detectar, castigar y detener el fenómeno de la corrupción.
A pesar de que medir la corrupción es una tarea titánica y difícil, por lo subrepticio del fenómeno, sí es posible evaluar las medidas adoptadas por los gobiernos nacionales para avanzar en la mitigación y resolución de hechos corruptos, lo cual determina la eficacia institucional para hacerle frente a la corrupción.
América latina no ha salido bien librada en las mediciones globales sobre riesgos de corrupción, y este último estudio corrobora el estancamiento de la región en la lucha contra el flagelo. Este Índice examina 14 variables relevantes, entre los cuales se encuentran, por ejemplo, la independencia de las instituciones judiciales, el impulso del periodismo de investigación y los recursos destinados desde el sector gubernamental para combatir los delitos relacionados con actos corruptos.
Entre más alta la puntuación obtenida (en una escala de 0 a 10) más eficientes son los Estados para enfrentar la corrupción, siendo los países con menor calificación quienes tienen una probabilidad más alta de impunidad. Entre los 15 países evaluados, los cuales conforman el 96% del PIB total de América Latina, Colombia ocupa el noveno puesto en el índice, justo en la mitad de la escala.
El país ha mantenido puntajes muy similares en los últimos años, con una pequeña variación negativa. En 2020, obtuvimos un puntaje de 5.1, mientras en 2023, Colombia obtuvo una calificación de 4.7, pasando del octavo al noveno lugar, lo cual debe ser un llamado de atención, no solo para el Gobierno Nacional, sino también para los organismos de control, entes judiciales y sociedad civil que ejerce control social.
De los ítems evaluados, el peor calificado para Colombia es “Calidad y aplicabilidad de la legislación sobre financiación de campañas” y el mejor evaluado es “Calidad general de la democracia”.
Por último, a nivel global se tiene que, al igual que en el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional, Venezuela ocupa el último lugar con una puntuación de 1.46 y Uruguay es el país mejor posicionado con un puntaje de 6.99.