En septiembre del 2018, el alcalde Héctor Mantilla anunciaba con bombos y platillos en las páginas de esta casa editorial, la construcción del intercambiador de conexión Anillo Vial – Cañaveral, proyecto adelantado por mas de un año y medio por la Dirección de Tránsito de Floridablanca y la Secretaría de Infraestructura Municipal, con una inversión superior a los $22.000 millones, y que según el alcalde ya está en fase tres.
Una vez se hizo el anuncio surgieron varias inquietudes propias de una obra civil de esa magnitud, algunas por mencionar son: ¿En donde está la planeación?, ¿Qué estudios se realizaron para determinar la necesidad y costo de la obra?, ¿Qué beneficios trae la obra para la comunidad?, ¿Qué entidad está encargada de los diseños?, ¿Cuáles son las fuentes de financiación?, ¿que clase de gestión predial se efectuará?, ¿Qué tratamiento se ha previsto para la conservación de la quebrada Agua Blanca?. Ante tantas dudas, se hizo el ejercicio ciudadano de acudir a las entidades encargadas y hacer las consultas pertinentes por medio de un sinnúmero de derechos de petición, su respuesta fue asombrosa; La Dirección de Tránsito de Floridablanca no contesta y remite por competencia a la secretaría de Infraestructura, esta a su vez contesta que no hay ningún proyecto aprobado o estructurado que contemple un intercambiador Anillo Vial – Cañaveral u objeto similar. ¿Entonces?
¿Qué pasó con el tan anunciado proyecto?, todo parece indicar que desapareció pues nadie da razón de el. Lo realmente preocupante del asunto, es que si el proyecto estaba tan avanzado como dijo el alcalde, ¿en que momento realizaron las audiencias de socialización?, ¿conocen los residentes del sector y directos afectados la obra?, ¿cuantas propiedades privadas serán intervenidas en la ejecución de la obra?, ¿cómo se valoraron los predios?.
Alcalde, por qué tanto silencio?, un proyecto como el que pretende construir debe cumplir con rigor las etapas de planeación pertinentes, tener en cuenta la sociedad civil, interesados y posibles afectados, evaluar los beneficios de la obra, estudiar y tasar con cautela los posibles riesgos e imprevistos que se puedan presentar, entre otros.
