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Mauricio Cabrera Galvis
Viernes 17 de junio de 2022 - 12:00 PM

Debates, Mentiras y Videos

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La actual campaña electoral no es la más agresiva ni la más violenta de nuestra historia; tampoco es en la que se han dicho más mentiras pues basta recordar aquello de “sacar a votar a la gente emberracada” contra el Acuerdo Paz. En materia de violencia electoral no podemos olvidar que en 1990 fueron asesinados 4 candidatos presidenciales. Si es cierto que en esta segunda vuelta ha habido más ataques personales y guerra sucia que presentación y discusión sobre programas,

En materia de guerra sucia entre las dos campañas finalistas, como dice el Evangelio, el que esté sin pecado que tire la primera piedra. Por ejemplo, en el caso de los videos en que miembros de la campaña del Pacto Histórico discuten como desprestigiar a sus contrincantes, lo cual es inaceptable, se hizo evidente la doble moral de la revista que apoya la otra campaña.

Acá una campaña denuncia que la otra le está haciendo guerra sucia, pero las pruebas que tiene las consiguió con métodos no solo sucios sino ilegales, pues espiar una campaña política es un delito tan grave que por eso se cayó el presidente Nixon en Estados Unidos.

Hay dos razones que han contribuido a enturbiar aún más esta segunda vuelta. Una es el papel cada vea más preponderante que juegan la tecnología y las redes sociales como medios de propaganda política y divulgación de noticias falsas.

Harari en su “21 lecciones para el siglo XXI” muestra que los algoritmos que permiten el manejo de la información personal de millones de personas son una de las mayores amenazas de la democracia y la humanidad, porque tienen la capacidad de moldear nuestras percepciones y manipular nuestras decisiones.

En El Salvador, el candidato Bukele logró ser elegido presidente con métodos similares, que ya se están utilizando en Colombia, tal como lo muestra el artículo de Lucas Ospina en La Silla Vacía: “El gran Rodolfo te está mirando. Como la red multinivel de la campaña Hernández hackea tu cerebro”, pues el asesor de Bukele fue quien montó toda la estrategia de redes sociales de esa campaña.

La segunda razón es la ausencia de debates entre los candidatos por la negativa de Hernández de hacerlo, e inclusive de ser entrevistado sin un libreto ya escrito. Ante la imposibilidad de confrontar tesis y programas, la campaña se redujo a ataques personales para alimentar los miedos y los odios..

El presidente Lula de Brasil decía que “las urnas no son para depositar odios. Son para depositar esperanzas”. Pero para lograrlo es necesario que los votantes conozcan los programas y proyectos de cada candidato y puedan decidir cual es el que les da más esperanza de transformar la sociedad.. Para eso son indispensables los debates, y se necesita una ley que los haga obligatorios, por lo menos en la segunda vuelta.

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