Publicidad

Mauricio Cabrera Galvis
Sábado 25 de diciembre de 2021 - 12:00 PM

Uso y abuso del WhatsApp

Compartir
Imprimir
Comentarios

El WhatsApp es una de esas aplicaciones de mensajería que ha revolucionado la forma de comunicarnos, de interactuar en grupos y hasta de trabajar. Le han surgido algunas competencias como Telegram, pero con 2.000 millones de usuarios es el líder absoluto.

Creo que todos gozamos la facilidad que nos da la app para compartir documentos, videos, enlaces o simples mensajes con familiares, amigos o colegas de trabajo; una de las satisfacciones post-modernas es ver lo dos chulitos azules que te confirman que vieron tu mensaje.

Además, no se trata solo de comunicación bilateral, sino que se puede estar conectado al mismo tiempo en chats de grupos de hasta 250 personas, lo cual hace muy eficiente ciertas tareas. Sin embargo, a veces estos chats se vuelven pesados y te copan en pocas semanas la memoria del celular por ciertos comportamientos como estos:

Son los chats tan activos que te encuentras 187 mensajes sin leer después de solo tres horas de no revisar el chat.

Es el video de Placido Domingo cantando Feliz Navidad que te llega de seis grupos, y que además te lo comparten nueve amigos.

Es el confundido que en un chat de trabajo pone las fotos del primer cumpleaños de su nieta, o que en el chat de la familia reenvía un video porno.

Es el sociable que contesta individualmente todos los mensajes de felicitación, condolencia o agradecimiento que le mandan los otros 249 participantes

Es el amigo con el que está en siete grupos y manda el mismo bonito video a los siete grupos

Es el despistado que vuelve a enviar al grupo un documento/video/enlace que ya han mandado antes otras 2 o 3 veces.

Es el opinador que habla más que un perdido que sale del desierto, y tiene que dar su punto de vista sobre todo lo que opinan todos y cada uno de los demás.

Es el sociable que recuerda todos los aniversarios, cumpleaños o fallecimientos, lo que genera una cadena interminable de saludos, felicitaciones o condolencias y sus respectivas respuestas.

Es el hincha del futbol que cree que las noticias de su equipo deben conocerlas en todos los 17 chats en los que participa.

Es el nostálgico que añora las reuniones cuando invitaba a sus amigos ver las 200 fotos de su último viaje y ahora las comparte en los chats.

Es el polemista que cuando le contradicen una idea se despacha con pastorales de 2 o 3 páginas, difíciles de leer en un celular.

* Adenda: A pesar de que experimento todos estos casos, debo decir que ya no podría vivir sin el WhatsApp, que me encantan todos los chats en los que participo, pues en todos aprendo mucho y me mantienen conectado con el mundo. Por eso agradezco a todos mis compañeros de chats y les deseo, lo mismo que a los pacientes lectores, una Feliz Navidad y un 2022 lleno de Paz y Esperanza.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad