El editorial de este periódico del jueves pasado puso sobre la mesa un tema delicado, problemático, acerca de lo que está sucediendo en el barrio ‘Cañaveral’ del vecino municipio de Floridablanca, en donde hace rato impera el caos, el desorden y la ilegalidad.
La congestión vial es una constante en frente de la entrada principal del Centro Comercial Cañaveral. La llegada al semáforo es un suplicio y ni siquiera parece haber claridad sobre el sentido de las vías. Además de la fila de taxis que se ubican en sus alrededores, hay un ‘terminalito’ de motos piratas a la vista de todos, mientras dos agentes de tránsito tratan infructuosamente de poner orden.
Y las calles aledañas reportan también un caos permanente por el mal estacionamiento de conductores de vehículos y motos, haciendo imposible el tránsito por esas zonas. Puede que se trate de zonas comerciales y de servicios bancarios, pero lo cierto es que nadie respeta las reglas ni se fomenta una organizada circulación. ¡Por allá todo es desorden!
Los fines de semana la cosa es más caótica, pues además de la falta de control sobre los establecimientos públicos de diversión y rumba, ya aflora la venta de alucinógenos y el comercio sexual, volviéndose todo turbación y bulla, sin consideración alguna con los habitantes del sector. Este barrio ya está dejando de ser residencial, es ‘Babel’.
La zona del Centro Comercial Caracolí tiene los mismos problemas, el tráfico vehicular es insoportable, los taxistas no respetan las normas, la ‘guerra del centavo’ es el pan de cada día y la entrada al parqueadero principal es absurda. Y esos males llevan años sin solución a la vista.
Resulta un imperativo que las autoridades de Policía y de Tránsito, además del Gobierno mismo del alcalde Miguel Ángel Moreno, enciendan las alarmas en su ejercicio público e intervengan el sector, para poner orden en la zona, mejorar la movilidad e incluso para mejorar la productividad del sector comercial. Y obvio, que se ejerza control y se impongan sanciones a los establecimientos sin licencia o sin papeles al día.
Es lo menos que puede hacer el alcalde por el emblemático barrio ‘Cañaveral’ y su comunidad.
APARTE: cuando hay voluntad, las cosas salen bien, fluyen. Ya empezaron a tapar los baches horribles que dejaron las acometidas del Acueducto Metropolitano por la calle 42. ¡Bien!
