En la víspera de las elecciones a la Alcaldía de Bucaramanga, más exactamente el jueves 24 de octubre, la firma encuestadora Invamer publicó una encuesta de intención de voto en la que daba como ganador al candidato Ariel García, con un 34,2%, mientras el ingeniero Juan Carlos Cárdenas ocupaba el segundo lugar con un 30,6%. Semanas antes esa misma encuestadora ya había posicionado al joven García, registrando un empate técnico con Cárdenas.
Por entonces el resultado de esas encuestas generaba desconcierto, y no porque Ariel fuera un mal candidato, claro que no, sino porque nunca estuvo entre los favoritos y además porque en otras mediciones casi siempre estaba en los dos últimos lugares de la contienda. Aún así, en los días previos a la elección Invamer lo anunciaba como la sorpresa en la región, vaticinando un “votofinish”.
El resto es historia: en el debate electoral, Cárdenas fue el ganador con un triunfo apabullante, y el candidato Ariel García fue penúltimo con una baja votación. El vencedor lo superó por más de 130.000 votos, cifra totalmente diferente a la registrada en la intención de voto de la engañosa encuesta de la víspera.
Porque esa última encuesta de Invamer fue eso: una encuesta engañosa, irresponsable y desafortunada, que sin duda alguna pone en entredicho la credibilidad de la firma y la seriedad de sus ejecutorias. Imposible que de la expectativa a la realidad exista una diferencia tan marcada, como sucedió en Bucaramanga con esa encuesta inexplicable.
Llegó la hora de poner en cintura y de regular estrictamente el tema de las encuestas electorales en Colombia. Deberían empezar por prohibir las encuestas una semana antes de las elecciones, pero además, se necesitan mediciones serias y regladas, que cuando menos establezcan un número mínimo de personas encuestadas para que la muestra sea en verdad representativa del universo; y procurar también que las casas encuestadoras utilicen patrones homogéneos. ¡Ya es hora de abandonar tanta irresponsabilidad!
Aparte: valiosa la votación de Ángela Hernández, quien demostró ser una buena candidata, a pesar de sus posiciones radicales. Por lo menos en los foros y debates fue la mejor. ¡Meritorio!
