domingo 03 de septiembre de 2023 - 12:00 AM

Miguel Angel Pedraza

La contralora “en la mira”

La actual contralora de Santander encargada es la abogada Blanca Luz Clavijo, quien llegó hasta esa posición por obra y gracia del contralor titular Fredy Antonio Anaya Martínez. Era ella el personaje más conveniente para Anaya, no solo por su cercanía sino además por su sumisión y servilismo.

Muy pronto ejerciendo su encargo, la señora Blanca Luz demostró que no solo era sumisa y servil, absolutamente dependiente de Fredy, sino que también estaba dispuesta a prevaricar cada vez que se lo solicitara su jefe. ¡Y así fue! Rapidito empezó prevaricando al solicitarle al gobernador la suspensión de la alcaldesa del municipio de Suratá, Ana Francisca Coronado, amparándose en el principio constitucional de “verdad sabida y buena fe guardada”.

Y la razón de esa repentina suspensión era una sola, vale decir, obedecer la orden de Fredy Anaya de apartar a la alcaldesa de Suratá de la votación que se iba a celebrar para integrar el Consejo Directivo de la Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga (Cdmb), en donde el contralor y el gobernador querían acaparar las mayorías. La manguala de Anaya y Aguilar necesitaba con urgencia la prevaricación de la contralora encargada, hasta que lo lograron.

Después de toda esa tramoya y de los abusos de poder de la funcionaria, hoy todos los organismos de control la tienen en la mira. La Contraloría General, la Auditoria y la Procuraduría tienen clarísimo que la señora se extralimitó en la aplicación del principio de “verdad sabida y buena fe guardada”, que utilizó esa figura arbitrariamente para suspender a la alcaldesa y que, sin duda, detrás de todo eso se estaba fraguando la toma de la corporación ambiental por parte de su jefe y del señor gobernador. ¡Espantoso!

La Fiscalía también adelanta una indagación en su contra, producto de una denuncia penal formulada por la alcaldesa. Los investigadores están llamados a actuar con celeridad en ese caso.

Y para rematar todas las irregularidades, se acaba de conocer que la denuncia que dio base a la investigación contra la alcaldesa en la Contraloría fue una denuncia falsa. La denunciante niega haberla instaurado, argumentando entre otras razones que ella no conoce el municipio de Suratá y que no ejerce como veedora ciudadana. Y con esa falsa denuncia suspendieron a la alcaldesa. ¡Qué oprobio!

Esta historia de componendas corruptas continuará.

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
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