Nuestros deportistas merecen un aplauso cerrado por su presentación en los Juegos Nacionales y todos los torneos a los que asisten, porque logran vencer a sus rivales en las pistas de competición, y también la irresponsabilidad e incompetencia de nuestra dirigencia.
Ya algunas campañas en estas elecciones regionales están mostrando su catadura por la ridiculez que alcanzan. Ya algunos asesores están haciendo incurrir a sus candidatos en solemnes payasadas, monerías que llaman, tratando de ganar adeptos entre el público y seguidores en redes sociales.
Un candidato ya cogió la escoba y empezó a barrer las calles, olvidando que todos los que han hecho esa bufonada terminaron en la cárcel. Cómo no recordar a Richard Aguilar y a “Lucho” Bohórquez, escoba en mano, haciendo una jornada de limpieza en el parque “Centenario”, para después terminar presos al final de sus administraciones, ambos por escándalos de corrupción.
Casi todos los aspirantes, de la noche a la mañana, se volvieron hinchas furibundos del Atlético Bucaramanga. Van al estadio con la camiseta del equipo, se toman fotos en la tribuna, pero en realidad no tienen ni idea sobre la historia del club, nunca lo han acompañado, no saben ni del “Papo” Flórez ni de Sherman, y algunos ni siquiera conocían el estadio. Seguramente todos “andan a la pata” de los significativos votos que pueda representar la barra de la “Fortaleza Leoparda”. En fin, la hipocresía.
Muere algún personaje reconocido en la ciudad y anuncian sentimientos de duelo a su familia, escriben del difunto y le hacen una oda, pero ni lo uno ni lo otro: ni conocían al muerto, ni tampoco a la familia.
Y lo peor, además de candidatos son expertos en seguridad, movilidad, educación, salud y hasta en basuras. Saben de economía, de construcción de obras, de deportes, de violencia en las calles, saben de todo, y todo eso lo publican en las redes sin pudor. Esta semana, incluso, hubo algunos que se atrevieron a hablar sobre temblores, opinaron de las causas de esas emergencias e hicieron diagnósticos de prevención como sismólogos. De verdad, la estupidez al extremo.
De aquí hasta el día de elecciones en octubre lo que viene es candela. Falta que inicie la campaña sucia, falta que se empiecen a sacar “los trapos al sol” y falta que algunos, además de su ridiculez, demuestren su bajeza.
Menos circo y más seriedad, candidatos, más rigor en sus propuestas y más honestidad intelectual. Pero además, la ciudadanía debe tener claro que vamos a elegir un alcalde, un gobernante, no un influencer ni un recreacionista. ¡Mucho cuidado!