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Miguel Angel Pedraza
Sábado 06 de marzo de 2021 - 12:00 PM

La última canallada de Rodolfo

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Vuelve y juega el exmandatario Rodolfo Hernández con su grosería y su arbitrariedad, esta vez metiéndose nuevamente con el alcalde Juan Carlos Cárdenas, de quien manifestó que “lo único que sabe es tomar trago, decir mentiras, y aparentar”. Así lo dijo en una entrevista al periódico “El Frente” la semana pasada. ¡Lamentable!

Rodolfo juega con la honra y la dignidad de las personas a su antojo. No se cansa de humillar, injuriar y estropear a todo el que se oponga a sus intereses, y cuando es llamado por la justicia a rendir cuentas por sus atropellos lingüísticos, se burla de todos mostrando un falso arrepentimiento.

En la entrevista llama la atención, además, su afirmación de que sabía que Cárdenas “llevaba 25 años sin venir a Bucaramanga”. Si sabía eso y era consciente que Juan Carlos no conocía la ciudad, ¿entonces por qué lo recomendó, porqué hizo que los bumangueses votaran por una persona que ignoraba las dinámicas y los problemas locales? ¡Qué desatino!

Y también llama la atención su desprecio por la justicia, catalogando como un espejismo su proceso penal por el escándalo de “Vitalogic”, donde pronto será acusado por el delito de “Interés indebido en la celebración de contratos”. Ese asunto no es menor, ni es pajarilla ni es un espejismo, no es un invento del exdiputado Edgar Suárez o del abogado Carlos Rojas. Ese asunto no está olvidado por los bumangueses, después de la coima notariada con la participación de su hijo Luis Carlos Hernández.

Pero, sobre todo, obra mal Rodolfo, muy mal, al desprestigiar al alcalde Cárdenas ante los ciudadanos. Parece que no solo lo desprecia, parece que le estuviera cogiendo odio, pues no contento con tratarlo de idiota y traidor, ahora quiere tildarlo de borracho y mentiroso. Otra canallada de Hernández, la última en contra de Cárdenas. ¡Espantoso!

Puede que Rodolfo Hernández sea un fenómeno político, nadie lo pone en duda; igualmente se le reconoce su nueva forma de hacer proselitismo, abaratando costos, eso está bien. Y puede tener muchos seguidores, algunos como títeres y otros como bufones, pero eso no le da derecho a maltratar a sus opositores y menos al mandatario de los bumangueses.

“¡Qué fácil resulta ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio!”.

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