domingo 19 de febrero de 2023 - 12:00 AM

Miguel Angel Pedraza

¡Una grave renuncia!

La semana pasada se conoció públicamente la renuncia de la secretaria del Juzgado Sexto Penal del Circuito de Bucaramanga, Hendiyer Patricia Peña Méndez, denunciando graves atropellos en su contra por parte de la titular de ese despacho judicial, la juez Yahaira Teresa Pacheco González.

En su misiva la secretaria argumenta continuas faltas de respeto por parte de la juez, descalificaciones personales y profesionales, persecuciones y acoso laboral, además de una falta de comunicación directa y agravio a sus derechos laborales. Acusaciones todas ellas muy graves, que generaron problemas psiquiátricos en la secretaria y que precipitaron su dimisión. ¡Infame!

Esa situación, en realidad, ya se volvió rutina en muchas oficinas judiciales del país, debido a la pesada carga laboral, la congestión en los trámites, la mora en la resolución de casos y la falta de personal. Es un secreto a voces que muchos funcionarios y empleados judiciales están “reventados” en sus labores, trabajan bajo presión y mantienen pésimas relaciones personales. Y si a ello se suma la falta de empatía y de respeto, todo se vuelve caótico.

Desde hace rato se viene denunciando esa particular situación por parte de los sindicatos de la Rama Judicial, pero el tema no mejora, por el contrario cada día empeora, al punto de generar traumas y graves afectaciones personales y emocionales en muchos de sus trabajadores. Y eso fue lo que le pasó a la secretaria Peña Méndez, hasta que se “reventó” y no pudo más, aunque tuvo el coraje de hacer pública su renuncia.

El suceso de esa secretaria es muy serio, no es un caso menor ni aislado, tanto así que días después todos los empleados de los Juzgados Penales del Circuito de Bucaramanga expresaron su solidaridad con la señora y pidieron investigación contra la juez y todos los funcionarios que ejerzan esas malas prácticas, así como respeto por sus derechos laborales. Muchos de ellos pueden estar padeciendo los mismos atropellos, pero guardan silencio por conservar el puesto. ¡Lamentable!

Una grave renuncia que destapa muchas verdades y un llamado de alerta para el Consejo Superior de la Judicatura y para las altas Cortes, desde donde deben trazarse las directrices para diseñar una política laboral en la administración de justicia, en donde prime el Ser Humano antes que el “eficientismo judicial”.

¡La reforma a la justicia también empieza desde la oficina!S

Este artículo obedece a la opinión del columnista. Vanguardia no responde por los puntos de vista que allí se expresen.
Otras columnas
Publicidad
Publicidad
Publicidad