Por allá en la época de la administración del exalcalde Luis Francisco Bohórquez, un enigmático personaje copaba la atención de propios y extraños: se trataba de su sobrino Cristian Bautista Bohórquez, quien sin ser funcionario ni contratista, sin vínculo alguno con el gobierno, era el hombre de los enlaces y las componendas, el personaje sinuoso con el que tocaba hablar y pagar, una especie de mandamás en el quinto piso del palacio municipal.
En ese entonces el joven abogado Bautista estaba por encima de los asesores del alcalde, manejaba información privilegiada, indudablemente, y su cercanía con el mandatario lo llevó a convertirse en el hombre clave de la alcaldía. Sin embargo, sus indebidas acciones y su afán de protagonismo generaron serias críticas y repudio, pero sobre todo le causó un daño enorme a su tío el mandatario, quien después terminó envuelto en graves líos de corrupción.
Y ahora parece que en la administración de Juan Carlos Cárdenas está pasando lo mismo con otro personaje: se trata del publicista Andrés Peralta Goelkel, un señor buena persona, sin duda, pero que está metido de lleno en los temas cruciales de la alcaldía a pesar de no tener vinculación con el gobierno. No es asesor, ni contratista, pero aseguran que es el hombre que le habla al oído al alcalde, convirtiéndose en el filtro para acceder al mandatario, algo así como el individuo del enlace, el vínculo y la trama.
Para más señas, la esposa de Peralta, Claudia Orellana, es asesora en la Alcaldía, pero en realidad oficia como secretaria privada del alcalde. Y no contentos con eso, Peralta sigue ahí pegado, ordenando, manejando información privilegiada también, y sus consejos y opiniones prevalecen sobre los demás. Ya se sabe que algunos asesores y funcionarios de alto nivel están incómodos con su presencia, pero el hombre no deja de mandar y recomendar, a ciencia y paciencia del alcalde Cárdenas.
Nadie niega que los mandatarios tengan asesores. Pero eso de tener asesores sin vinculación está muy mal visto, y si son los que mandan de forma oculta, todavía peor. Vidas paralelas de asesores cuya historia no queremos repetir.
APARTE: la solidaridad del “coronavirus” está uniendo a la gente decente con los corruptos. ¡Tan bonito!
