Las redes sociales han desnudado a todos los candidatos, cualquier desliz es rápidamente viralizado y de nada valen las excusas y las rectificaciones; el daño ya está hecho. Lo anterior evidencia la volatilidad de la cultura política que padece nuestro país. Nuestro paisano Rodolfo, ha merecido todas las miradas por la escogencia de su fórmula vicepresidencial. Una dama claramente de los afectos de la derecha más pura de nuestro entorno.
El precandidato del pacto histórico, se dejó coger en falta en Girardot, acaso no tiene asesores, que lo acompañen para que no haga esos osos siberianos?
Ahora miremos, un tema ya recurrente; la calidad de vida que sufren nuestros conciudadanos en la periferia de nuestras ciudades y en las veredas del Bucaramanga y el área metropolitana. En el mejor de los casos “gozan”, de una pila pública. Es verdaderamente aberrante, escuchar los testimonios de los habitantes de esos barrios, mal llamados subnormales, quejándose de la impotencia, para disponer del líquido vital, en cantidad y calidad, como sí lo disfrutamos en nuestros barrios y conjuntos residenciales. No existe un argumento válido para que en pleno siglo 21 todavía tengamos esos cinturones de miseria.
La norma, ley 142 de Servicios Públicos, establece que se debe dar servicio de acueducto, a los sectores económicos 1 y 2 sin importar el beneficio económico. Señores del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga a cumplir la ley. Si el argumento socorrido es, de que no tienen alcantarillado para entregarles el agua potable, pues entonces que los entes como la CDMB y el Empas, cumplan su función de brindar el saneamiento básico. Hay muchos sectores veredales de Bucaramanga a los cuales se puede llegar con redes por gravedad.
En aquello sitios que no se pueda, por favor no hagan una planta, para que la manejen los vecinos. El acueducto está en la obligación de operarla para que la calidad sea igual a la que producen las plantas de la ciudad.
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